- ¿Cómo empezó a trabajar de cochera?
- Es el negocio familiar, mis padres, mis abuelos,... trabajan en esto y tenemos varios coches de caballos.
- Pero no se ve a muchas mueres todavía realizando este trabajo...
- Cada vez hay más. Tengo 22 años y empecé a coger el coche a los catorce o quince años, aunque de manera formal comencé cuando cumplí los 18. Y aprendí como mis hermanos, porque es lo que hemos vivido todos, así que: ¿por qué no iba yo a poder hacerlo? Es exactamente lo mismo. Las mujeres vamos para arriba en esto.
- ¿Qué es lo que peor lleva de ser cochera?
- Que echamos muchas horas y pasamos muchas fatigas. En las ferias podemos empezar a las once y media de la mañana o doce del mediodía y acabar por lo menos a las diez de la noche. Hasta la Feria de Abril de Sevilla estuve trabajando en Telepizza, y era mucho más tranquilo. Me gustaba mucho.
- ¿En qué ferias trabaja?
- En todas, en la de Sevilla, en Jerez, Sanlúcar, El Puerto,... Realmente no paramos de trabajar desde abril hasta septiembre, en toda la provincia y fuera. Además, también nos contratan para bodas y celebraciones así.
- ¿Y le gusta la Feria del Caballo de Jerez?
- La verdad, me parece muy bonita. Pero también es cierto que hay mucha guasa, todavía hay muchos señoritos.
- Supongo que habrá vivido multitud de anécdotas...
- Pues sí. Una vez hasta me perdí. Normalmente, los recorridos que hacemos son de la parada al Real, pero algunas veces funcionamos como un taxi. En aquella ocasión me pidió un cliente que le llevara de la plaza de toros hasta su casa, y al final me perdí por Jerez.
- ¿Quiénes son sus mejores clientes?
- Hay muchos extranjeros, pero al final utiliza el coche de caballos todo tipo de gente. Y muchas veces soy como una guía turística y voy explicando lo que conozco del recorrido.