Aunque siempre me han parecido que los nacionalismos tienen algo de anticuado y que las personas humanas del mundo deben ir acabando con las fronteras, porque es lo que menos futuro tiene en la Humanidad, tengo que decir que no quiero que mi tierra, Andalucía, sea menos que otras tierras que se engloban en la realidad de España. Los catalanes, por ejemplo, a través de pactos y otras estrategias, han conseguido muchas cosas buenas para su tierra. Sólo hay que ir por allí para comprobarlo, porque sus carreteras, sus hospitales, y otros muchos servicios, están a la cabeza del país. No es que sus políticos sean mejores que los nuestros, es que saben mejor que nadie mover sus cartas, y amenazan con romper este país si no se les conceden las cosas que piden. Nosotros, los andaluces, no podemos hacer lo mismo, pero sí que podríamos tirar más hacia nuestras fronteras y que se queden mejores cosas, porque los impuestos son los mismos, y los trabajadores también. Así, yo, que nunca me he considerado nacionalista, me siento contenta como persona humana y andaluza, de pertenecer a una realidad nacional. Me siento orgullosa y contenta del buen trabajo que han hecho nuestros representantes en el Parlamento, sin entrar en cuestiones de partidos. Viva Andalucía, viva España y viva la Humanidad, como dice nuestro himno, el más bonito y solidario de cuantos himnos hay en esa otra gran realidad nacional que es nuestro país.

Eugenia Lindón Ballester. Jerez