Apostar por el respeto al medio ambiente es una apuesta ganadora. Apostar por los niños es una apuesta sobre seguro. Concienciar a los más pequeños sobre la importancia de cuidar el planeta, aunque sea con pequeños mimos cotidianos, es el mejor camino para garantizar el futuro de un mundo que a menudo se asfixia en su propia inmundicia.
Más o menos estos son los preceptos sobre los que se fundamenta la campaña de educación ambiental iniciada por el Ayuntamiento isleño en gran parte de los colegios de la ciudad. Bajo el lema Islaverde: Club Yo no Ensucio, monitoras como Esperanza o Ana visitan los centros escolares para mostrar a los más niños los beneficios de cuidar su ciudad y, por extensión, el resto del planeta que habitan.
Así, los jóvenes ciudadanos aprenden a reconocer los problemas que generan los distintos tipos de residuos, la necesidad de practicar el reciclaje y la importancia de mantener limpia los distintos espacios urbanos y rurales. «Tratamos de explicarles el porqué de tener cuidado con qué se tira y dónde se tira, hacemos prácticas para que sepan reconocer los perjuicios que se le ocasiona al medio ambiente con un mal comportamiento y, por último, realizamos una visita a las instalaciones del Punto Limpio para que conozcan qué se hace con los residuos», explica Esperanza.
Un esfuerzo que da resultados positivos si se presta atención a la respuesta de los que algún día llevarán las riendas del planeta. «Hay que intentar ser más limpios, gastar menos recursos y cuidar todo lo que nos rodea», afirma convencida María del Carmen Sánchez, 11 años, mientras sus compañeros en esta particular cruzada ecológica asienten con fuerza.