Éxito un año más de la Escuela Municipal de Tauromaquia en la ya tradicional novillada sin picadores que abre de manera oficial, aunque fuera de abono, la semana taurina de Jerez.
Con un muy buen ambiente dio comienzo esta semana taurina jerezana, que nos traerá espectáculos novedosos, después de muchos años, al coso de la calle Circo. En este tipo de festejos lo que primero que hay que tener en cuenta es la juventud de los jóvenes toreros y el momento actual de la fiesta, un momento en el que dar una novillada como la que vimos ayer es prácticamente imposible.
Nada que ver lo que son la novilladas de hoy en día con las que antiguamente se lidiaban por esos pueblos, viendo con nosotros la novillada había matadores de toros retirados, banderilleros y mozos de espada que nos contaban que antiguamente en Jerez daban novilladas sin caballos y la plaza reventaba de aficionados. Observando el festejo pudimos contemplar la gran preparación de estos jóvenes valores, que seguramente serán los toreros del mañana.
Los aficionados más antiguos decían algo que puede llegar a sonar duro: «Falta que a uno le den una voltereta para que el público se caliente». Tanto es así que a base de dureza se forjaban los toreros en épocas anteriores.
A los jóvenes se les cuida tanto que hoy en día podemos ver grandes ganaderías con novilladas de auténtico lujo, como la que ayer pudimos presenciar en la plaza jerezana, novillada de presentación excelente, buenas hechuras y, sobre todo, nobleza para un encaste que cuando sale pidiendo los papeles a más de uno lo manda a casa.
En cuanto a la novillada de ayer, hubo, como en botica, un poco de todo teniendo en cuenta el cambio generacional de los alumnos de la Escuela, de donde han salido novilleros con caballo, como es el caso de Alejandro Morilla, Soto de Jerez,... y muchos más que, por una u otra razón, no pueden continuar su formación.
Se trasladaba lo que es el festejo habitual en la plaza pórtatil de Chapín a lo que para los chavales es el máximo, la plaza en la que un día sueñan con torear acompañados de figuras del toreo.
En el cartel de ayer seis jóvenes novilleros, cuatro de la Escuela jerezana anunciados con una ganadería de auténtico lujo.
Abrió plaza Miguel Escot, un joven preparado para poder pasar al escalafón superior de los novilleros. Posee buen corte torero, joven espigado y atrevido, variado con el capote como desmostró en su quite al último novillo de la tarde. Toreó bien con el capote ganándole siempre terreno al noble novillo que le tocó en suerte, supo resolver con solvencia destacando buenas tandas tanto con la mano derecha como con la zurda toreando al natural. Mató bien y con decisión, y obtuvo la primera oreja de la tarde.
Jesús Gonzalez, el joven de la Escuela de Jerez, se enfrentó también a un novillo de mucha nobleza. Lo intentó toreando con el capote y con la muleta destacó sobre todo con algunos molinetes para poner el punto y final a su faena y así calentar al público asistente. Mató mal y todo quedó en ovación con saludos.
Julio Parejo, alumno de la Escuela de Badajoz, posee buena planta torera e intentó el toreo bueno durante toda su faena. Estuvo voluntarioso con el capote y dejó destellos de mucha calidad con la muleta, destacando con la mano derecha y en los ayudados por alto finales. Lástima que mató mal; le dieron dos avisos y obtuvo palmas.
El jerezano José Luis Villalba ha desmostrado que tiene la base fundamental para ser torero: tiene valor, torea bien con el capote y la muleta, y no se amilana con nada. Posee garra y conecta bien con el público, hizo lo más importante de toda la tarde, aunque a la hora de matar se llevó algún que otro revolcón que no le asustó para nada. Pero a la hora de la suerte suprema no tuvo suerte, porque de otra manera hubiese salido por la puerta grande. Una auténtica perla la que tiene la Escuela con este Villalba.
Bien preparado
José Manuel Mas demostró que en la escuela madrileña los toreros salen muy preparado. Toreó bien con el capote y es un gran conocedor de los terrenos. Comenzó la faena de muleta en el centro de la plaza con un pase cambiado por la espalda que llegó muy pronto al respetable. Destascó con la mano derecha y en su cierre de faena ofreció trincherazos de mucho gusto y pases de la firma. Mató de estacoda casi entera que hizo que el público pidiese las dos orejas para el madrileño, que dejó un buen sabor entre los aficioanados. Al final del festejo salió a hombros por la puerta grande.
Ángel Sánchez, hermano de otro alumno aventajado de la Escuela como es Manolo Sánchez, que el año pasado torease en esta misma novillada de Feria, tiene cosas de buen gusto y destacó con la mano derecha. Eso hizo que el público respondiera bien con el más joven del cartel. Está aún un poco verde, pero si cuidan a este joven novillero a buen seguro dará muchas satisfacciones a los aficionados. Mató mal, teniendo que descabellar y todo quedó en una ovación de despedida.
Felicitar a todos, especialmente al ganadero Fernando Domecq por haber cuidado la excelente novillada que mandó al coso de la calle Circo. Destacar también la labor desarrollada por los profesores de la Escuela, que lograron llevar a cerca de tres mil personas a la festejo sin caballos.