-¿Por qué decidió dedicarse a esta profesión?
-Educar es una tarea hermosa, aunque muy dura. Supongo que es puramente vocacional. Lo mejor, sin duda, es que te permite contribuir a mejorar los valores con que crecen las nuevas generaciones, aunque muy modestamente. Primero estudié educación primaria y luego decidí licenciarme en Psicopedagogía.
-¿A qué dedica el tiempo libre?
-No tengo demasiado, aunque me gusta todo lo relacionado con la creatividad: escribo, dibujo, esculpo, compongo música y realizo cortos digitales con la colaboración de algunos amigos.
-¿Qué tipo de cortos?
-Especialmente relacionados con la literatura y la naturaleza. El último lo titulamos «24 horas con un camaleón», y era una versión libre de la Metamorfosis de Kafka, pero revisionado desde un punto de vista documental, con la imagen tratada desde un prisma impresionista y definitivamente conceptual.
-¿Y la escultura ?
-Me relaja trabajar con el hierro. Es un material muy maleable, que ofrece grandes posibilidades artísticas. Me interesa, sobre todo, mezclarlo con electrodomésticos usados, para crear espacios metafóricos, a los que hay que cargar de simbolismo para dotarlos de significación. Trabajo un antiguo almacén de muebles que he acondicionado, pero estoy buscando algo más grande.
-¿Qué tipo de música le gusta?
-Clásicos contemporáneos como Gorillaz, Rafols Junk, Rony Espeilman, The Wahs, Said Hamad, etc... A nivel nacional, me encantan Los Capillos, Marlango y el último disco de Coti. No, eso último era broma.
-¿Dónde va para perderse?
-Al faro de Chipiona. Pero también me encanta la Vía Verde de la Sierra, que empieza en Puerto Serrano. La última vez que estuve allí aproveché para pintar al aire libre.