La procesada, que vestía camisa blanca, pantalón gris y chaqueta negra, ha llegado a las 9,35 de la mañana a la sede judicial en un furgón de la Guardia Civil y ha sido escoltada por un agente hasta las dependencias donde iba a celebrarse la vista. Noelia de Mingo no iba esposada.
Los primeros testigos que han declarado en el juicio a Noelia De Mingo, la médico residente que supuestamente en estado de enajenación mental mató a tres personas e hirió a siete en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid en 2003, han coincidido hoy en señalar que ésta tenía un comportamiento extraño desde hacía tiempo.
La acusada se ha negado a declarar ante el tribunal de la Audiencia Provincial de Madrid que ha comenzado a juzgarla, mientras que si testificaron cinco de los heridos, personal sanitario del centro hospitalario, quienes se han referido a la actitud previa de Mingo e incluso uno de ellos ha asegurado que antes de los hechos había imaginado que la médico residente podría llegar a herirle.
"Tenía una mirada extraña, como desencajada, riéndose todo el rato y me daba miedo", ha afirmado una testigo, también médico residente del centro sanitario, durante la sesión de hoy, en la que el fiscal ha pedido 65 años y once meses de prisión para la acusada.