No sé usted. Yo particularmente me niego. No quiero despertarme, no quiero aceptarlo, no quiero despedirme de nada, ni ponerle el punto final al cuento. A riesgo de que me llamen iluso durante mi paseo hacia el trabajo, continúo afirmando que todavía es posible. Quiero mantener el optimismo, me lo autoimpongo porque el premio es el más grande que podría encontrar el Xerez en su camino por la historia.

Soy totalmente consciente de que seré de los pocos que mantiene la esperanza, pues la tendencia, los datos y el ánimo del equipo y la afición todavía está de luto. Pero tirando de las matemáticas -que dicho de paso, es de lo poquito que aún podemos tirar- se soporta una teoría que debe impedirnos bajar los brazos. De no hacerlo, seguro que no se logrará premio alguno. Y la cosa es que estoy convencido de que ni Moreno, ni Mendoza, ni Camuñas, ni Pendín, ni Geijo, ni ... ninguno de los integrantes de la plantilla azulina dejará de pelear cada balón hasta que físicamente sea imposible continuar peleando. ¿Vamos Lucas!, no me digas que el ascenso está muy complicado. Seguro que tu mente todavía recuerda la remontada de aquel que fue tu Recre, seguro que tú también piensas que aquello se puede repetir, que podemos empezar a sumar de tres en tres y tornar en posible lo imposible. Porque si tú lo haces, los más fieles xerecistas también lo harán. Ellos te seguirán. Si no faltaron en El Ejido tampoco lo harán el próximo domingo en Chapín. Ellos han demostrado que se entregan con muy poco, y un triunfo frente al Racing de Ferrol volverá a encender la llama de los soñadores, de los románticos que no sólo desean que el equipo de sus amores logre subir a Primera División, sino que además, quieren aguantar la respiración hasta el final y disfrutar con un final épico, quieren cantarle más fuerte que nunca ¿Vamos Xerez hoy no puedes perder!

No tiremos la toalla. Sólo dos pasos, sólo dos triunfos separan al Deportivo del tercer clasificado. Confiemos en que ellos fallarán y el Xerez no. Al menos, prolonguemos la agonía. No es justo que la chispa y las posibilidades por continuar peleando se acaben cuando todavía faltan siete partidos. Hemos recorrido mucho para que todo acabe con una injusta goleada en un simulacro de estadio rodeado de kilómetros de plástico. Yo me niego, ¿y tú?