-¿Cuándo comenzó a interesarse por la equitación?

-Empecé a montar en las cuadras familiares en 1990. Cuatro años después, me animé a dar clases como profesor con el fin de pagar los gastos que ocasionaban mis caballos y como vi que me gustaba, decidí dedicarme a ello por completo.

-¿Qué aporta este deporte que no aporten otros?

-Lo mejor que tiene es la relación con el caballo. Además, requiere de una gran responsabilidad porque dependes de un animal y, a la vez, él depende de ti.

-¿Su cuidado requerirá de mucho tiempo?

En la medida de lo posible, se debe intentar asimilar su cuidado a las condiciones en las que viviría en libertad. Hay que tener en cuenta que son animales y no robots.

-¿Está la equitación suficientemente reconocida por la sociedad?

-Cada vez más. Ha dejado de ser un deporte de ricos y ,ahora, está al alcance de todos. En los últimos años ha vivido un auge importantísimo. En la escuela Las Marías tenemos 320 alumnos de los que la inmensa mayoría son niños.

- Alguna estrella entre ellos...

-Trabajamos con un pequeño grupo que se presenta a campeonatos de doma clásica. En él destacan las hermanas Márquez Muñoz que. en sus respectivas categorías, han sido medallas de plata y bronce en el Campeonato de Andalucía.

-¿Es difícil el aprendizaje?

-Bastante porque siempre estás aprendiendo cosas nuevas. Cada caballo tiene sus propias características; no hay dos iguales y esto te obliga, constantemente, a hacer un nuevo esfuerzo por conocer a cada uno de ellos. El jinete debe buscar siempre la mejor interacción posible entre él y el animal.

¿Es el caballo el mejor amigo del hombre?

- Sí, es una relación muy bonita que nunca deja de sorprenderte. El caballo te puede dar un día la gloria y al otro dejarte tirado porque le suceda cualquier cosa. Eso hace que con la equitación se adquiera una gran humildad.

-No cabe duda de que le gusta su trabajo...

-Es un mundo que engancha. Recomiendo a todos que practiquen la equitación, no se arrepentirán. Impresiona ver como para muchas personas las cuadras son como su segunda casa.