El Mallorca de Gregorio Manzano logró un triunfo en el Vicente Calderón que, prácticamente, asienta a su equipo en Primera División al tiempo que deja, una temporada más, al Atlético sin nada, sin opciones de jugar una competición europeo ni motivos para confiar en su plantilla.

Manzano, el técnico que más cerca estuvo de devolver al Atlético a Europa, le apartó casi definitivamente de ella, con un gol del argentino Jonás Gutiérrez que no hizo más que certificar la inoperancia de un equipo que, por más que lo intente, disputa cada jornada el mismo partido.

Pisculichi y Arango fueron una pesadilla. Entre ambos siguieron creando problemas tras el descanso y obligaron a intervenir a Leo Franco un par de veces antes de la hora de juego, pero, a estas alturas del torneo, con dos plazas de descenso aún en el aire, cada punto es un botín para el Mallorca, por lo que, quizá sin quererlo, fue reculando y, más cerca del área rival. El Atlético acumuló ocasiones. Pero ni así. Tuvo tres casi consecutivas el serbio Mateja Kezman, que no logra acreditar en el Calderón la fama de goleador que le precede, entró en el campo Fernando Marqués, el nuevo ídolo, reapareció el argentino Maxi Rodríguez y volvió su compatriota Ariel Ibagaza, pero de nada sirvió porque fue el Mallorca el que acabó logrando una victoria que casi acaba con sus problemas.

Porque el gol del argentino Jonás Gutiérrez, tras un error de la zaga rojiblanca y un generoso pase del venezolano Juan Arango, le da el aire suficiente para concluir con éxito una temporada que, para el Atlético , no supone más que otro proyecto fracasado.