El Jerez Industrial se puso ayer el mono de trabajo y con un juego basado en la voluntad y las ganas consiguió vencer por la mínima a un Los Palacios que acudió al campo de La Juventud con muchas ausencias. Los de Carlos Fontana mataron dos pájaros de un tiro pues con la derrota del Córdoba B, salen de los puestos de descenso, toda una utopía hace menos de veinte días, antes de Semana Santa. Ya desde el inicio se pudo ver quien era el equipo que más necesitaba la victoria. Los locales querían solventar el encuentro por la vía rápida y ya en el minuto 15 avisó Piñero con un fuerte derechazo que despejó a duras penas Ceballos. Al guardameta de Los Palacios se le notó nervioso, sin placar con seguridad ningún balón. Demostró ayer que es el portero suplente del equipo sevillano.

Tras el primer aviso industrialista, aconteció el aluvión de oportunidades de los de Fontana. Fajardo, tres minutos después, enganchó una volea desde veinte metros que despejó Ceballos a córner con una estirada espectacular. Así las cosas, el goteo de ocasiones locales era continuo, así como las triangulaciones y entrada por bandas. La primera media hora que se vivió ayer en La Juventud remitió a los mejores momentos de la temporada en cuanto a fútbol se refiere. El Industrial jugó con criterio pero le faltó algo esencial: mordiente.

Peor segunda parte

Eso es lo que tiene el fútbol, que cuando más lo mereces no marcas y, en cambio, lo haces cuando juegas tus peores minutos. Tras la tempestad de buen juego local vino la calma, en forma de siesta. El Jerez Industrial se durmió en los laureles y Los Palacios mató el partido, lo llevó a territorio de nadie. Tanto cloroformo metieron los sevillanos que incluso hizo callar a la entusista grada industrialista, muy animosa ayer, casi como siempre.

El calor hizo estragos tras el descanso y los de casa decidieron mover el banquillo. Chico saltó al campo en sustitución de un voluntarioso Fajardo en el minuto 70 y Rafa García hizo lo mismo, diez minutos antes, por Parada. Los cambios sirvieron para refrescar la zona ofensiva del equipo, la más perjudicada por el tórrido tiempo atmosférico de ayer.

Los bostezos se sucedían al mismo tiempo que menguaban las ocasiones tanto de uno como de otro equipo. La más clara fue la de Mije, que en el minuto 60 falló a puerta vacía un cabezazo que se fue rozando el poste. Tras ese error, todo el que acudió ayer a La Juventud creía que el encuentro acabaría en un empate a cero que no beneficiaba en absoluto al Industrial. Hasta que apareció la cabeza salvadora de Johny, que hasta ese momento, estaba siendo el jugador más destacado de los de Fontana. El gol vino a recompensar los méritos del equipo que más buscó el gol. Luego, el inevitable sufrimiento. Los Palacios empezó a colgar balones a la olla y en uno de ellos vino un tiro al poste. No hubiese sido justo.