La voz Digital
Jueves, 27 de abril de 2006
  Alertas   Envío de titulares    Página de inicio
PORTADA NOTICIAS ECONOMÍA DEPORTES OCIO CLASIFICADOS SERVICIOS CENTRO COMERCIAL PORTALES


TEMÁTICAS
Tematicas
La máxima expresión de la tauromaquia
«Quien no ha visto toros en El Puerto no sabe que es un día de toros», versa un azulejo en la Plaza de toros portuense, parafraseando a Joselito
La máxima expresión  de la tauromaquia
Símbolo. El Puerto de Santa María se ha convertido en un icono del toreo.
Imprimir noticiaImprimirEnviar noticiaEnviar

Publicidad

Una espectacular tarde de toros espera a los aficionados este festivo domingo de feria. Toda una tradición portuense de la que la Feria de la Primavera y Fiesta del Vino Fino se hace eco una vez más, justificando su bien ganada y merecida fama taurina. A las seis de la tarde del próximo domingo los rejoneadores Antonio Domecq, Alvaro Montes y Joao Moura, hijo se darán cita en el ruedo con seis toros de la ganadería de Campos Peña.

Si el Puerto de Santa María es ya un referente de la tauromaquia a nivel regional y nacional, su espíritu taurino cobra aún mayor fuerza con la llegada de la Feria. Muestra de ello fue el XIX Pregón Taurino de la Feria de Primavera y el Vino Fino ue tuvo lugar el pasado domingo 23 de abril en el Auditorio Municipal Monasterio de San Miguel. El acto organizado por la Tertulia Taurina Monasterio de San Miguel y patrocinado por el Ayuntamiento de la localidad corrió a cargo de la bailaora María Rosa Orad Aragón, y reunió a lo más selecto del mundo taurino portuense.

Y es que la tradición de la fiesta nacional cobra en el Puerto de Santa María una dimensión especial, considerándose a esta ciudad como una de las más arraigadas de España. Un azulejo de la Real Plaza de Toros de El Puerto de Santa María, que versa «Quien no ha visto toros en El Puerto, no sabe lo que es un día de toros», parafraseando a Joselito, confirma esta afirmación. Y si no, basta con recorrer brevemente algunos pasajes de la historia taurina de la ciudad

La primera plaza de toros que tuvo la ciudad de El Puerto de Santa María no fue la que hoy conocemos. La pionera fue la de Galeras en el siglo XVIII. Años más tarde, otras plazas, construidas en madera florecieron por la geografía portuense, como fue el caso de la del ejido de San Francisco, que reedificada en tres ocasiones a lo largo del siglo XIX, permaneció hasta 1876. La actual Real Plaza de Toros de El Puerto de Santa María, que hoy conocemos fue inaugurada los días 5 y 6 de junio de 1.880 con una doble corrida en la que Antonio Carmona Gordito de Sevilla, y el cordobés Rafael Molina Lagartijo, lidiaron toros de Anastasio Martín y de Saltillo. El diseño de este espectacular coso corrió de las manos de Mariano Carderera y Manuel Pardo, y su construcción a cargo de una Compañía compuesta por un grupo de ilustres patricios bajo el mando de D. Tomás Osborne Bölh de Faber, descendiente de la familia de la escritora Fernán Caballero. La plaza, con forma de polígono regular de 60 lados, consta de tres pisos con 15.000 asientos de diversos materiales, principalmente de mampostería, ladrillo y madera. Su diámetro es de 99,80 metros, y un total de 16 filas de graderías conforman los tendidos. El redondel, con 60 metros de diámetro, y el callejón de barrera, de dos metros de anchura, conforman el resto de la superficie interior de la plaza.



Sudoku Canal Meteo Horóscopo
Vocento