Día de amarga resaca en Villarreal , donde sus 40.000 habitantes se recuperan poco a poco de la dramática eliminación ante el Arsenal. El partido es tema de conversación en comercios, plazas y esquinas. Y sobre todo en los alrededores de El Madrigal. Mientras los operarios retiraban del estadio las enormes pancartas alusivas a la deseada final en París, los bares de los aledaños servían de mesa improvisada de debate. Riquelme, con calificativos incluidos, y su postrero y fallido penalti, fueron los temas más manido. Los jubilados también entraron al trapo y, entre petancas y lamentos, demostraron cómo se debería haber efectuado el lanzamiento desde los 11 metros.
Precisamente, por el lanzamiento fallido del astro argentino se desplazaron varios peñistas a la casa del argentino para mostrarle su apoyo. Así, un grupo de aficionados colgaron un cartel de unos diez metros en el que se puede leer: Grande Román, en una fotografía del futbolista, justo delante de la casa del jugador en Vila-real. Con esta acción, estos aficionados quieren darle ánimos al jugador argentino, tras el penalti que falló en el último minuto de la semifinal de la Champions.