El duelo Sevilla-Barcelona, aplazado el pasado domingo por la inundación del Sánchez Pizjuán, se jugará el 3 ó el 10 de mayo, en función de los resultados europeos que cosechen ambos conjuntos. Si ambos superan los escollos del Schalke 04 y el Milan, y se clasifican para las finales continentales, el cierre de Liga se retrasaría hasta el 20 de mayo, si es que la FIFA lo permite, toda vez que, a causa del Mundial de Alemania, fijó el 14 de mayo como fecha tope para concluir los campeonatos nacionales.

Un galimatías de fechas en el que, como cabía esperarse, se enredaron ayer representantes de la Federación, Liga Profesional y los dos clubes directamente afectados. Se reunieron en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas para intentar buscar algún arreglo y al final ofrecieron cuatro alternativas para el grave problema surgido a raíz del diluvio caído el domingo sobre la capital hispalense.

Afecta a la selección

La decisión final, que podría perjudicar seriamente a los 23 elegidos por Luis Aragonés para el Mundial de Alemania, ya que debían tener una semana de vacaciones entre el final de Liga y el inicio de la concentración, inicialmente fijados para el 14 y el 22 de mayo, no podrá adoptarse hasta que ambos clubes hayan dirimidos los choques de vuelta de semifinales. El Barca juega hoy martes, en el Camp Nou, ante el Milan (0-1 en San Siro), mientras que el Sevilla recibe mañana al Schalke (0-0 en Gelsenkirchen).

«Nuestro interés principal es que los equipos españoles puedan llegar a las finales europeas. Vimos todas las opciones y éstas son las menos malas, las que respetan la pureza de la competición y las que afectan menos a otros equipos», explicó Jorge Pérez, secretario general de la Federación.