Por primera vez desde el inicio de la crisis sobre el programa nuclear iraní hace tres años, los diplomáticos occidentales en Teherán consideran escasas las posibilidades de alcanzar una solución negociada. Mientras, la postura del régimen de los ayatolás continúa inamovible. Ayer, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Hamed Reza Assefi, reiteró que el enriquecimiento de uranio es irreversible. El jefe de la diplomacia hizo estas declaraciones cuando restan sólo cinco días para que se cumpla el plazo del Consejo de Seguridad para que el Gobierno de Ahmadineyad suspenda su programa.
Fuentes diplomáticas occidentales estimaron que los dirigentes ultraconservadores iraníes han decidido hacer todo lo posible para obtener capacidad disuasoria, con una bomba nuclear o con la tecnología necesaria para fabricarla. A medio plazo, los diplomáticos creen que la crisis podría derivar en un conflicto militar entre Teherán y Washington, a menos que se verifique un cambio en el Gobierno de Ahmadineyad.