Esa Justicia tan lenta de que hablamos arriba acaba de dictar por primera vez una sentencia que condena al Ayuntamiento de Jerez a indemnizar a una amable lugareña cuyo vehículo fue literalmente atacado por una de esas pilonas que se levantan de buenas a primeras en algunas calles del centro de nuestra ciudad. El juez ha entendido que lo de aquella pilona fue una agresión en toda regla y obliga al Consistorio a sufragar los nada despreciables daños que sufrió el coche de la mujer. Por fin alguien lo ha conseguido. Tenía que suceder algún día. Cuántos coches han sucumbido ya ante la tiranía del arriba y abajo de las dichosas pilonas. Son necesarias, sí. Pero que funcionen bien. Es lo mínimo.