Estas pasadas vacaciones de Semana Santa han resultado para algunos una auténtica Semana de Pasión. Apenas las primeras Cruces de Guía rompieron la tarde del Sábado de vísperas, la ciudad comenzó a compartir itinerarios pasionales Unos, iniciando sus personales jornadas penitenciales. Otros, principiando la amarga subida a su particular calvario. La Operación Karlos despuntaba casi con la Primera en Carrera Oficial para al mismo tiempo concederse un respiro en cuanto a actuaciones judiciales se refiere. Y no se sabe que habría sido peor. Si conceder a algunos el respiro de los días festivos con el aviso de los que ya están sufriendo los efectos del poder judicial, o haber procedido de inmediato y ahorrar un sin vivir que tendrá a más de uno atando más cruces a sus particulares penitencias. Hay quien incluso se consuela: en Navidad habría sido peor. Eterno senequismo andaluz.

De todos modos, sorprenden algunas cosas. No deja de ser sorprendente que determinados personajes o conocidos exhiban una suerte de nerviosismo por lo que no parece ir con ellos. No parece que vaya a conocerse imputación contra sus personas ni nos los imaginamos en esas tramas, ni por sus tareas profesionales parece que les toque ni de lejos la inasequible máquina judicial. Por eso no se comprenden determinados gestos que hemos visto esta Semana Santa, y mucho menos determinadas movimientos de tirarse a una piscina de la que todavía no sabemos el agua que va a contener. A veces el subconsciente aflora y juega malas pasadas. Sorprenden igualmente las faltas de cautela, no reñidas con declaraciones de confianza, y las invocaciones a alguna suerte de conspiración contra el poder. Las rupturas de mutismo debieran ser más cautas, que luego la letra impresa es tenaz en el recuerdo. Estos momentos previos a lo desconocido pero intuido desatan las pasiones porque son algo así como los preliminares de una salida procesional. Una vez que se anda ya todo se ve con más calma, o con menos, según nos toque debajo de las trabajaderas o de Diputado Mayor de Gobierno. Siempre hay que tener en cuenta las perspectivas.

Pronto podremos ir saliendo de dudas. Para unos llegará el respiro, para otros su propia y personal pasión. Para unos será Pascua Florida, para otros las flores se tornarán sombras de Getsemaní que anuncian un prendimiento. Lo que sí debe estar claro es que con ponernos nerviosos no adelantaremos nada. Y a algunos hay que decirles que quizá esa terca y tenaz compañera inevitable, mal que les pese, que es su conciencia, le está jugando las malas pasadas de los gestos descompuestos. Pero en esto, como en general en la vida, sucede lo de siempre: uno no sabe que compañías terminarán siendo, por mor de la justicia, malas compañías. El tiempo nos lo dirá.