Fue acaso la única nota discordante de la mañana. El todavía secretario del Ayuntamiento, Leopoldo Barrantes, fue el encargado de supervisar el desarrollo de la sesión en la que se constituyó la gestora y de contar las papeletas de la votación. Nada extraño si no fuera porque Barrantes está acusado de tráfico de influencias y prevaricación en la operación Malaya. Curiosamente, el secretario se sentó junto a su abogado, el vocal Salvador Guerrero, quien presidió la sesión en razón de su edad. Puede haber sido la última aparición de Barrantes en el Ayuntamiento. El equipo gestor tiene la intención de apartarlo de sus funciones.