La dirección y los empleados de Eiffage cerraron ayer las puertas de su consejo de administración a Sacyr Vallehermoso. De nada le ha servido al grupo español convertirse en el primer accionista de la constructora francesa, tras hacerse con un 32,1% de su capital en cuatro meses mediante un desembolso de 1.700 millones. Pese al rechazo, la empresa que preside Luis del Rivero apuntó su intención de perseverar en sus «conversaciones» con la firma gala, y reiteró que se propone desempeñar «completamente» su papel de primer propietario.
Los trabajadores, que reunidos en el bloque Eiffage 2000 cuentan con un 23% del capital, pidieron a la junta de accionistas que rechazara la entrada en su máximo órgano de gobierno de Del Rivero, el consejero delegado, Manuel Manrique, uno de sus principales accionistas, Juan Abelló, y del director general, Vicente Benedito. Una propuesta que logró el apoyo de entre un 56% y un 57%, y ello pese a que Sacyr rebajó sus pretensiones a sólo dos consejeros.
El presidente de Eiffage reiteró su rechazo por considerar «brutal e inesperada» la entrada de Sacyr en la entidad y por juzgar que tienen «estrategias diferentes» respecto al negocio. El secretario de su comité de empresa apostó por buscar «socios estables» que impidan una posible OPA. Los perjuicios para el grupo español no acabaron ahí. También vio recortados sus derechos de voto desde el 33,3% hasta el 30,3%, por no haber comunicado a tiempo la adquisición del 3% de diferencia.