Miriany Mari Paz van a ejercer de anfitrionas de una casa muy especial, puesta en marcha por la UCA. Lejos del castigo televisivo del Gran Hermano, en esta vivienda, ubicada en el barrio de Astilleros, la convivencia será la base de un concurso cuyos premiados obtendrán, pasados 60 días, el premio de una mayor confianza en sí mismos y la obtención de las habilidades propias del quien se independiza. Y es que los compañeros de piso de Mirian y Mari Paz serán dos jóvenes disminuídos psíquicos. Estas dos jerezanas, de 24 años, deben ayudarles a desenvolverse solos para que el día de mañana puedan emanciparse.
«Nos enteramos de la propuesta gracias a nuestra profesora de Psicopedagogía, Teresa Lozano (implicada en el Servicio de Atención a la Discapacidad de la UCA) y nos pareció muy interesante», relata Mirian López. Ella y Mari Paz Soto reconocen que, aunque la beca es remunerada, «esto no lo hacemos por el dinero, que no es demasiado, sino para poder ayudar a jóvenes como nosotros». Las dos terminaron Magisterio de Audición y Lenguaje y Psicopedagogía. «A los chicos les vendrá bien compartir la vida de estudiante; si salimos a tomarnos un refresco vendrán con nosotras -ejemplificaba Mirian-, que también obtendremos de esto una buena experiencia personal».