Estas recientes vacaciones de Semana Santa decidí marcharme con mi familia al piso que tenemos en uno de los pueblos de la costa. Creo que no es necesario que diga qué pueblo es porque les ocurre a todos por igual, ya sea Rota, Chipiona, Conil, El Puerto o Sanlúcar. Si había mucha gente en Jerez viendo las procesiones religiosas había muchos más intentando coger un poquito de sol en la playa, que la verdad es que el tiempo acompañó hasta la tarde del viernes. Las localidades costeras sufrieron estos días la primera de las invasiones de turistas y veraneantes a la que están acostumbrados. Es increíble que no se pueda andar por las calles entre los puestos que ponen los comerciantes, las mesas de los bares y la cantidad de gente que se amontona en cualquier rincón donde haya mar y algo de vida. Es sólo el principio de un largo verano porque estamos en abril y todavía falta mucho para agosto, en el que creo que me voy a quedar en la ciudad a disfrutar de la tranquilidad que me proporcionan los que se han ido a la playa.
Andrés Moreno Porras. Jerez