Una distracción del conductor es la causa más probable del accidente del autobús con un grupo de boy scouts que este domingo costó la vida a cuatro personas y heridas a otras treinta al volcar en la autopista A-66, entre Asturias y León. Entre los heridos que aún permanecen ingresados en centros hospitalarios hay una niña muy grave y otras seis graves, dos adultos y cuatro niños de entre 12 y 16 años.

La Guardia Civil investiga aún las causas exactas del accidente, si bien ha quedado descartado el exceso de velocidad o el alcohol como posibles motivos. El conductor del autocar dio negativo en alcoholemia y no superaba los cien kilómetros por hora, velocidad permitida en la zona. «Se está estudiando el autobús por si hubiera algún fallo mecánico o técnico», explicó la subjefa provincial de Tráfico de Asturias, Elisa Gil Delgado.

Sobre el estado de los heridos, el Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA) ha informado de que ayer permanecían ingresadas un total de 16 personas en centros sanitarios de la comunidad autónoma, si bien a lo largo del día fueron dadas de alta cuatro. El caso más preocupante es el de una niña de siete años que se encuentra «muy grave», según el pronóstico facultativo. También permanecen graves dos mujeres de 22 y 40 años, un hombre de 45, tres niñas de 15, 7 y 12 años y un chico de 16, con heridas que van desde traumatismos diversos, lesiones medulares o amputaciones traumáticas.

El accidente produjo una gran conmoción en Gijón, especialmente en el modesto barrio de Pumarín, del que procedían las víctimas. El Ayuntamiento de la ciudad decretó dos días de luto oficial. Los funerales por los cuatro fallecidos tendrán lugar este martes en distintos templos de la ciudad.