Ayer, las caras de muchos futbolistas eran un poema. En Sevilla, bajaban del AVE con los ojos enrojecidos y un tanto molestos por la dureza del viaje. Se habían levantado a las 7,15 de la mañana, y llegarían a Carranza sobre las cinco de la tarde (diez horas). Para colmo, tenían entrenamiento pues Espárrago les quería dar libre el día de hoy, pues el lunes parecería broma que fuera el día de descanso semanal.
Los futbolistas no desean que nada distraiga la atención de lo verdaderamente importante, que es ganar los próximos partidos para asegurarse la permanencia. No obstante, aprovecharon la victoria en Zaragoza para quejarse de los viajes que han sufrido esta temporada. Hacen especial énfasis en el día en que llegaron a Vigo sobre la medianoche por problemas en la Terminal 4. También en Bilbao aterrizaron sobre las 21 horas, y en Valencia perdieron las maletas con las consiguientes molestias.
Esta vez también ha sido una paliza, pues aunque el tren es un transporte cómodo, tardaron ocho horas desde que salieron de Carranza hasta que llegaron al hotel en Zaragoza el pasado sábado. Estos viajes cargan demasiado las piernas «en unos momentos en que nos jugamos mucho», declaran.
Todos recuerdan la comodidad de los vuelos charter. Ahora, el club estudia poner un vuelo a Barcelona dentro de dos semanas. El motivo es que ya no quedan plazas para vuelos regulares, pues coincide además con el puente festivo del 1 de mayo. Los jugadores lamentan que esta iniciativa llegue demasiado tarde.