La vela del Cristo contra la corona de oro de la Concepción Coronada. El rojo manto del Valle contra la cruz del Cristo de la Exaltación. O la medalla de oro del Cristo de la Expiración contra la medalla de oro de María Santísima de la Concepción.

Que a la calle salían hoy por la tarde dos cofradías de prestigio no lo puede poner en duda nadie. Una de las principales devociones marianas de la ciudad, no en vano está coronada canónicamente, contra una de las mayores devociones cristíferas de la ciudad, con la medalla de oro de la ciudad de Jerez, entre otras, colgando de su vela.

Jornada pues completa para todos los cofrades de la ciudad, que han podido de alguna manera saciar la sed que el Viernes Santo dejó en los labios de los más exigentes. Por la mañana, una procesión del Resucitado en franco ascenso, con los detalles cada vez más cercanos a una cofradía de estilo y gusto de los clásicos y con unos cimientos que van consolidándose en el mundo cofrade de la ciudad.

Y por la tarde, la fiesta y la algarabía de las dos cofradías que decidieron echarse a la calle el Viernes Santo pese al riesgo más que evidente de lluvia, en una demostración de valentía que ha sido aplaudida y criticada por igual.

El caso, por encima de todo lo demás, es que hemos podido disfrutar de dos procesiones importantes, con bandas potentes y momentos inolvidables, en un Domingo de Resurreción que poco a poco va haciéndose, por las inclemencias meteorológicas, rutinario. Para el recuerdo, el encuentro del Cristo con su Madre, María Santísima del Valle, en la esquina de la calle Corredera con la plaza Esteve, y la salida de Santo Domingo de la cofradía de la Exaltación, superados ya los problemas de hace dos días. Felicidades a ambas.