A falta de diez jornadas para la conclusión de la liga en la Segunda División, el Xerez ha asumido un nuevo papel en este campeonato. En la primera vuelta era el claro favorito para el ascenso a final de temporada, ahora pocos dan dos duros por este equipo, al menos lejos del Gran Jerez, y está asumiendo un papel distinto al de entonces. Es el perseguidor del grupo de cabeza y marcha a rueda del tercero que ya nota el aliento de los azulinos.

A mi me gusta este nuevo rol que asumen los azulinos. Siguen sin tener presión y juegan al ascenso, porque ya a otra cosa no se juega, y es mejor estar ahí en esta recta final que verse perseguidos por los rivales. El pelotón de cabeza sabe que una pájara les deja fuera del podio en la línea de meta y el Xerez no pierde de vista a los escapados.

De eso se trata ahora, de seguir a rueda y a las primeras de cambio dar el hachazo definitivo. Falta saber quien aguantará la presión. El Recre tiene experiencia en estos finales y es probable que no se descomponga. El Almería tiene un reto de volver a Primera División y es probable que no tenga el mismo temple que el decano y el Nástic no esperaba estar ahí por lo que es una auténtica incógnita. Pero ojo que en el pelotón del Xerez hay algunos que sprintan bien. El Numancia pinchó en la salida pero ha ido escalando posiciones y el Levante aún tiene pulmones para dar un último tirón.

La duda ahora es saber si a los escapados les flaquean las fuerzas y si el pelotón que les sigue ha dosificado bien en estos últimos kilómetros. Me ilusiona saber que el Xerez tuvo la pájara en la subida a un puerto de montaña que no puntuaba para la general y que ha vuelto a componerse justo cuando más hace falta.

Estamos llegando al final de este mítico Tour en el que los tres primeros clasificados se visten con el maillot amarillo, el mismo que ojalá se enfunde el Xerez cuando cruce por la línea de meta el 18 de junio.