Todos los pasajeros estaban en la cola del AVE en Sevilla. A continuación, llegaron los integrantes de la plantilla cadista y, haciendo valer esa famosa frase de los últimos serán los primeros, intentaron acceder por otro lugar distinto al establecido. Los agentes les pararon y les mandaron a la cola, y tuvo que intervenir Chirino para asegurarles que tenían permiso. Y es que les habían indicado que no hacía falta que esperaran cola.