La Semana Santa de Arcos de la Frontera tuvo continuidad la pasada noche del Martes Santo con la salida procesional por sus calles de la Hermandad de Nuestro Señor Atado a la Columna y María Santísima de la Paz, conocida popularmente por San Antonio, que partía puntualmente de la parroquia de San Francisco a las veinte horas de una soleada tarde de Martes Santo. A las puertas de su templo esperaban a las imágenes el barrio de la zona alta: la Paz, San Francisco, las Canteras, etcétera, para acompañar a otra de las hermandades titulares de San Francisco. Esta hermandad es una de las más antiguas de la localidad contando con 355 años de historia, ya que data del Siglo XVII, del año 1651.
Precediendo a la cruz de guía, abría el cortejo la imagen de San Antonio de Padua, portado por las hermanas costaleras que muy dulcemente bajaron las escalinatas del vetusto convento franciscano, este año acondicionadas con una rampa que facilitaba la larga y dificultosa bajada que tenían que soportar los costaleros tanto en la salida como en la entrada a su casa parroquial. La imagen de San Antonio porta una pértiga que le acredita como Hermano Mayor Honorario de la Hermandad.
Tras los primeros tramos de nazarenos de túnica blanca con capirotes, cordones y capa de color azul, aparecía bajo el arco de la puerta de San Francisco el paso de Nuestro Señor atado a la columna, exornado con friso de claveles rojos en toda la mesa del paso, así como un monte de claveles del mismo color sobre la canastilla de estilo barroca en la cual se representa el cruel escarnio al que fue sometido Cristo antes de ser condenado a la muerte de cruz, el de la flagelación por parte de dos sayones romanos.
Acompañaba al paso del Señor la Banda de Cornetas y Tambores de la Milagrosa de la localidad de Jerez de la Frontera, así como los tradicionales Armaos que con sus distintos andares y coreografías al ritmo de un tambor monótono y ronco, que hicieron las delicias del numeroso público que se congregó durante toda la estación de penitencia. El simpecado, con la imagen de la Virgen de las Nieves, patrona de Arcos, abría el cortejo del palio, esta vez con túnica, capirote y capa blanca, para culminar la fila con la presidencia y el paso de palio de María Santísima de la Paz, acompañada de San Juan Evangelista, idea felizmente recuperada por la Hermandad, que se disponía a realizar una de las salidas más difíciles de nuestra Semana Santa puesto que para poder realizarla los hermanos costaleros deben echar los costeros a tierra hasta quedar de rodillas y así poco a poco avanzar hasta salvar el arco, con el reconocido aplauso de los allí congregados.
María Santísima de la Paz venía engalanada para la salida con saya y manto bordados en el siglo XVII, mientras que San Juan con saya y mantolín de terciopelo rojo, también con bordados.
Tras la Señora del Martes Santo, la Banda Municipal de Música Vicente Gómez Zarzuela que durante toda la salida acompañó a la Virgen de la Paz con diferentes marchas, hasta que el paso de palio quedó detenido ya en la calle.
Ya en plena vía, la Hermandad discurrió por el Barrio de San Francisco para llegar al centro de la ciudad donde en la bajada de la Calle Alta se aglomeraba gran cantidad de público, que esperaba ansioso dada la espectacularidad de la misma por la pendiente, la estrechez y sobre todo porque acaba en un espacio más abierto, la calle Corredera, que permite ver la bajada desde múltiples puntos de vista.