Llega el tramo final de la competición y el esfuerzo físico realizado durante toda la campaña comienza a pasar factura. Además, el agotamiento y la fatiga se multiplican con la subida de las temperaturas, por lo que el trabajo del preparador físico se antoja fundamental.

La pasada semana fue una dura prueba. Tres partidos, otros tantos viajes y mucha tensión en sólo seis días. Miguel Ángel Campos, preparador físico del Xerez, es el encargado de mitigar esa sensación de extenuación. «El equipo está bien. Les hemos dado dos días de recuperación para no hacer la semana especialmente larga, y hoy -por ayer- hemos planteado una sesión muy suave con ese mismo objetivo de no hacer una semana larga y que la gente se recupere bien. Mañana y pasado serán los días que entrenemos con mayor intensidad».

Alcaraz ya comentó que eso de buscar picos álgidos de nivel físico es algo que no se lleva en el fútbol moderno. Campos lo aclara. «Nosotros planteamos al principio de temporada mantener una regularidad de un noventa o noventa y cinco por ciento del nivel físico durante todo el año. No tiene sentido estar muy bien al principio o al final, porque tanto valen los puntos del primer partido como los del último. Se trata de estar en cuarenta y dos jornadas lo más cerca posible del máximo nivel. Es muy difícil porque tienen que coincidir veinticinco jugadores».

Campos confirma que «actualmente podemos afirmar que el equipo está a ese noventa o noventa y cinco por ciento del nivel físico. Además, afrontamos con garantías el tramo final porque tenemos a casi toda la plantilla disponible y porque creo que el nivel moral de la gente va a ser importante en estos momentos decisivos».

Miguel Ángel considera que no es justo vincular directamente el resultado de una serie de encuentros con con el nivel físico «pues el marcador es una mezcla de muchas cosas que influyen en el fútbol. Considero que no ha habido bajón. Un equipo que físicamente no está bien no es capaz de remontar resultados como hemos hecho. Simplemente, hemos perdido puntos en momentos decisivos, y eso es lo que ha afectado psicológicamente a la plantilla».

Hoy, más intenso

Tras la paliza de la semana pasada ahora «les damos más descanso que en otras ocasiones. Planteamos la semana muy progresiva, iniciándolo de manera muy suave. Prácticamente, sólo recuperación, lo que supone casi tres días de descanso».

De cualquier modo, no todos los futbolistas se encuentran en la misma línea. «Hay momentos de forma muy diferentes porque hay jugadores que salen de lesiones, que vienen de recuperaciones más o menos largas, pero creo que ahora lo más importante es el estado de ánimo, que afortunadamente lo estamos sacando adelante porque creo que va a ser determinante en el último tramo de la Liga».

Tampoco pasa por alto Campos la importancia del factor psicológico. «Yo creo que es muy importante en todos los sentidos. Hemos visto como un equipo en la primera vuelta no iba a perder ningún partido, y en la segunda parecía que no ganaríamos. Ni una cosa ni la otra es cierta, lo que pasa es que los estados de ánimo en los deportes son importantísimos hoy día. A ver si estas dos últimas victorias nos dan la moral suficiente para poder competir con garantías en los últimos diez partidos».

Objetivos inmediatos

El preparador físico azulino no quiere hacer cuentas y no mira más allá del próximo domingo. «El fútbol hay que plantearlo partido a partido. Hemos tenido dos rachas para lo positivo y lo negativo, y esperamos tener ahora una dinámica normal de resultados. Imagino que se ganará, se perderá y se empatará, pero el que hayamos tenido esas rachas tan dispares de resultados no tiene que ver con el nivel físico. Nos tenemos que centrar en competir lo mejor estos diez partidos y entrenar bien».

Para los últimos diez encuentros de la competición, el cuerpo técnico del Xerez tiene preparado un plan específico con el que se pretende soportar las exigencias físicas finales. «Ahora intentamos mantener la regularidad, pero con otros métodos de entrenamiento. Al final de temporada se suele hacer mucho menos volumen de trabajo y mucha más intensidad y calidad en los entrenamientos. Simplemente, con eso nos basta para mantener la línea de rendimiento».