-¿Cómo se aficionó?
-Mi afición comenzó hace ahora cinco años, cuando estaba jugando con unos amigos al fútbol playa en el Club Nazaret. Después de un tiempo, me percaté de que me atraía el voleibol y me apunté con un amigo para jugar.
-¿Cuándo empezó a jugar?
-Hace cinco años, de la mano de Macarro. El míster me probó en algunos partidos y decidió confiar en mí. Es la breve historia de mis comienzos. Pronto dejé el balón de fútbol por el de voleibol.
-¿Cuál es la posición que ocupa en el campo?
-Los jugadores de voleibol somos, por lo general, polivalentes. Tenemos que realizar tareas de ataque y defensa con la misma efectividad, aunque me encuentro más cómodo en la posición de cuatro y opuesto.
-¿Le gusta el Voleiplaya?
-Me gusta jugar en pista y en la playa, pero cuando jugamos sobre la arena hay más tensión, ya que lo hacemos en pareja y hay que estar más atento a los errores que pueda cometer tu compañero.
-Defínase como jugador.
-No sabría definirme como jugador. Tengo cualidades que me gustan especialmente, como el remate, pero en todo buen jugador el equilibrio es fundamental.
-¿Qué valora más en un jugador?
-La actitud es lo más importante dentro del campo, que un jugador se sacrifique por el equipo es algo importantísimo para cualquier equipo.
-¿Tiene algún jugador favorito?
-Sí, el que más me gusta es Israel Rodríguez, jugador del Unicaja, ya que tiene mucha técnica y un gran salto. Aún así, no tengo un modelo establecido al que me gustaría parecerme.
-Su mejor momento...
-Recuerdo como algo muy bonito cuando me llamaron para jugar con la selección gaditana. La verdad es que todavía recuerdo con nerviosismo el día antes.
-¿Prefiere rematar o bloquear?
-La verdad es que me quedo con un buen remate, siempre he tenido espíritu ofensivo.
-Su sueño...
-Llegar algún día a un equipo grande del voleibol español. Me gustaría llegar también a la Selección Española, pero por lo pronto, me conformo con jugar a lo que me gusta.