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Martes, 4 de abril de 2006
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A LA CONTRA
Regreso
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Regreso a una de mis ciudades. Pero no a una cualquiera, y no es por empezar haciendo la pelota. Un traslado laboral nos trajo a mi familia y a mí allá por el lejano año 1987. No fue sin embargo nuestra primera ciudad de residencia, pero siempre quedará marcada en mi memoria como el motivo principal de mi salida de la capital de las Españas rumbo al Sur.

Tras muchos años dando tumbos por el mundo, regresé a trabajar a Jerez, pero aún tardé un tiempo en establecer aquí mi residencia. Avatares del trabajo me obligaron a mudarme de nuevo, pero paradójicamente recupero el contacto con la ciudad a través también del trabajo.

Aprovecho esta primera oportunidad para saludar a todos. A los que me recibieron con los brazos abiertos en aquellos primeros días difíciles. Al Chemi y su Ventana, que me acogieron como sólo saben hacerlo los bares y sus camareros. A los hermanos y familia Mariscal, que ya son hermanos de sangre para mí y a los que les debo más de lo que cualquier megacorporación financiera pueda jamás imaginar. A los compañeros de aquel primer trabajo, con un especial recuerdo a Antonio, Sol y Vicente. Por supuesto a los amigos como Marcos, el frutero al que sus circunstancias apartaron de la frutería. O como el profesor filósofo Gilberto, que vino del frío y la lluvia para abrigarnos con su biblioteca y sus fabadas. O como Farida, que subió desde la sureña Ceuta para alegrar corazones y explicar otros puntos de vista.

Por supuesto no me puedo olvidar del Lema, que mantuvo durante tanto tiempo abierto un verdadero templo del rock&roll. Ni tampoco de sus sucesores al frente del Cuatro Gatos, al que deseo una pronta apertura tras las reformas que están acometiendo. Al hilo del Cuatro Gatos, un recuerdo para los músicos como el Piri que ponen sonido a las siempre extrañas tardes de domingo. Tardes que siempre alegra la presencia de Juan el electricista, con su sempiterna sonrisa y contagiosas ganas de vivir.

Mención especial para ese templo que es La Moderna, con Ati y familia al cargo. Siempre dispuestos a servir la mejor cerveza de la ciudad y alguna tapita para acompañar. Y mención especialísima también para Los Delin, Diego, Canijo y compañía (hola Pollo, hola Alfonso ex vecino), con recuerdo para Miguel Benítez.

Ahora que he vuelto lo hago acompañado de gente nueva, no para la ciudad sino para mí. El último párrafo tenía que dedicarlo a mis nuevos compañeros de LA VOZ. Gracias por adelantado.



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