-¿Desde cuándo ejerce esta profesión?
-He trabajado toda mi vida en ésta profesión. De hecho es una especie de tradición familiar que inició mi abuelo, pasó a mi padre y luego a mí. Un trabajo en el que llevo 30 años de actividad.
-¿En que consiste concretamente su profesión?
-Es lo que la gente suele conocer como la actividad relacionada con los baños de plata, de oro, de níquer... Es una especie de labor de restauración sobre antigüedades hecha en metal bien sea en lámparas, camas antiguas o cualquier otro tipo de objetos con similares características.
-¿Es complicado desarrollar su trabajo frente a las multinacionales que todo lo pueden?
-La verdad es que choca un poco el hecho de que una pequeña empresa y de carácter artesanal pueda salir adelante hoy en día. Pero el encanto de la artesanía es eso precisamente. Es algo que ha perdurado a lo largo de los tiempos y entiendo que seguirá existiendo tanto en mi profesión como en cualquiera de características similares.
-¿Tiene, pues, futuro esta profesión?
-De forma limitada y encasillada en determinados sectores. De otra forma creo que poco a poco irá desapareciendo.
--¿La profesión familiar tendrá continuidad?
-Me temo que no. Ninguno de mis hijos trabajará en este duro trabajo ya que cada uno de ellos desempeña otras actividades que no tienen nada que ver con esta profesión.
--No obstante, ¿le gustaría que continuara la tradición?
-La verdad es que no. Éste a pesar de ser en ocasiones un trabajo bonito es muy duro y además de requerir un amplio conocimiento en los productos necesarios para trabajar, es absolutamente imprescindible tener mucha paciencia y ser detallista al máximo. Ello, sin contar con las interminables horas que hay que estar trabajando sin a penas vacaciones de verano.