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Las bodegas apuestan por las bebidas espirituosas para diversificar e innovar

Una empresa de Jerez es la encargada de producir 50 tipos de alcoholes distintos para los 1.500 supermercados que tiene Mercadona en España

En las instalaciones del Grupo Estévez en Jerez producen todos los productos para Mercadona
En las instalaciones del Grupo Estévez en Jerez producen todos los productos para Mercadona - la voz

De lo que era una línea de producción minoritaria y caso accesoria, a ganar más y más peso. De lo que, en principio, surgió por una necesidad, a consolidarse más y más. ¿Por qué no? Si somos de los mejores productores del mundo de vinos; por qué no vamos a destacar en otras líneas de producción. Eso han debido pensar en las bodegas de la provincia, y especialmente en el Marco de Jerez, para lanzarse a la producción de bebidas espirituosas. Y sino, que se lo digan a las bodegas del Grupo Estévez, Williams & Humbert u Osborne.

Todas ellas, además de ser conocidas por sus famosos caldos, se han lanzado a la producción de nuevas bebidas más lejanas a la clásica producción que se espera de las bodegas de la zona. Tanto como para llegar a ser empresas de referencia en lo que se refiere a volumen de producción y proyección. Ese es el caso del Grupo Estévez, productor y suministrador de las marcas de alcohol de uno de los grandes supermercados del país. Basta con fijarse en la letra pequeña de marcas comerciales como Ron El Almirante o Vodka Knebep. Y es que, desde las bodegas que posee la marca en Jerez se suministran bebidas espirituosas a los 1.500 supermercados que tiene Mercadona en toda España.

Tan amplia producción ya les llevó a convertirse en el mayor viticultor de Andalucía. «Desde el ron, el whisky, la ginebra o el vodka, en sus diferentes variedades», como enumera su presidente José Ramón Estévez, a «licores de hierbas, té, manzana, caramelo, cremas, hasta limoncello, pacharán, anís, tequila, ponche o cremas de café» son producidos en la planta de Cádiz para sumar más de 50 productos suministrados al popular supermercado. Toda esta variedad es producida en una de «las instalaciones más modernas de España: bodegas de crianza, plantas de embotellado, laboratorios, planta de vinificación y fermentación controlada, almacenes logísticos». De hecho, incluso poseen un departamento de I+D+I en el que estudian nuevos productos. «Tenemos actualmente varios proyectos con productos de alta graduación, en el que llevamos trabajando más de cinco años y que pronto saldrán al mercado», adelanta el presidente. Lo cierto es que el grupo que preside posee destacadas marcas de vinos de Jerez, como La Guita o Valdespino que están presentes en 25 países en una producción en la que el 30% va destinado a exportaciones.

Sin embargo, desde las bodegas no niegan el peso que las bebidas espirituosas han tenido para ellos. «Para nosotros la alianza con Mercadona lo supone todo, sin ellos difícilmente estaríamos hoy donde estamos y sinceramente no nos planteamos nada más que seguir aumentando y mejorando nuestras magníficas relaciones con ellos. Tenemos muchas líneas de productos que suponen el 100% de nuestra producción, ya que son marcas exclusivas para ellos». No es para menos, desde que en 1998 comenzaron la sinergia, su empresa no ha dejado de crecer. En la actualidad, poseen más de 200 empleados y «en los últimos 5 años se han incorporado a la compañía más de 50 trabajadores», como reconoce Estévez.

Ante todo, calidad

Lo cierto es que, la producción de bebidas espirituosas no es del todo desconocida para las bodegas de la zona. «El Marco de Jerez ha sido históricamente una Denominación de Origen con gran experiencia no sólo en la crianza de vinos, si no en la destilación y crianza de licores y bebidas espirituosas. Y no hablamos sólo de Brandy», explica el presidente. Esa experiencia atesorada «ha sido base fundamental para que, junto con la innovación, se desarrolle esta línea de negocio y hoy seamos especialistas en este tipo de productos». «Tenemos los conocimientos y la experiencia para ello, la capacidad productiva y las redes de distribución, para que esta línea de negocio tenga éxito», matiza el director de marketing de William & Humbert, Eduardo Medina.

Cambios en la denominación

De hecho, el impulso definitivo a las bebidas espirituosas, además de la propia diversificación, puede encontrarse en la salida de muchas bodegas a las cortapisas que marcaba la Denominación de Origen de Veterano y Soberano. El propio César Saldaña, director del Consejo Regulador reconoce el cambio que supuso esta decisión de las bodegas. «Es un hecho que una buena parte del volumen que hasta hace tres o cuatro años se comercializaba como Brandy de Jerez lo hace ahora como bebida espirituosa, al modificarse primero la graduación alcohólica de estas bebidas y posteriormente el origen de los aguardientes y destilados, que en el caso del Brandy deben ser exclusivamente vínico», explica. «Las razones del cambio que en su momento acometieron no pocas bodegas del Marco tuvieron algo que ver con las supuestas tendencias del consumidor hacia bebidas de menor graduación y mucho con las presiones de coste en las materia primas, fruto de cosechas particularmente escasas», reconoce Saldaña.

Lo cierto es que ese cambio trascendental empujó a las bodegas a seguir apostando por esta nueva línea de negocio que, poco a poco, se va consolidando y creciendo. Sin ir más lejos, como explican desde William & Humbert, en la bodega ha lanzado en estos días una nueva bebida espirituosa, el vodka Abyssal, que se suma a las ya existentes como el brandy 'Gran Duque de Alba', la ginebra Botanic o el ron Dos Maderas.

Ahora, el reto está en consolidar la imagen y el prestigio. Medina cree que ese trabajo no costará mucho: «Es evidente que este cúmulo de experiencia y estas redes de distribución hacen que el Marco de Jerez cuente con los mimbres necesarios para afrontar este reto con éxito». Y de eso también sabe bien el presidente del Grupo Estévez. A sus alcoholes de Mercadona, muchas veces les caen falsos mitos que ponen en duda su calidad. Sin embargo, el presidente se muestra tajante y claro: «Es el riesgo de satisfacer las necesidades de los consumidores con productos de máxima calidad a precios competitivos. Pero este mito cada vez más está desapareciendo, porque el consumidor, el jefe, como nosotros lo llamamos, sabe más cada día y aprecia el valor que le aportamos».

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