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La cosecha más dulce de Jerez
Arranca la campaña con unas previsiones de más 650.000 toneladas de remolacha, una cifra similar a la del pasado año
La actividad de factoría jerezana de Azucarera parece incentivada con la energía extra que obtendrá de las más de 650.000 toneladas de remolacha que recibirá en las próximas semanas. Arranca la campaña de molturación de la zona Sur de España y las expectativas son buenas. Se repite la misma fecha que el pasado año, 8 de junio, y también se espera repetir resultado porque la siembra se ha producido en las fechas correctas y la climatología también ha sido favorable porque las altas temperaturas de las últimas semanas han llegado cuando el producto ya se encontraba en su última etapa de desarrollo.
Sobre unos mil cultivadores han contratado su cosecha con Azucarera en la presente campaña y la superficie sembrada alcanza las 8.400 hectáreas. «Los agricultores recibirán 41 euros por tonelada recolectada. En esta cantidad irán ya incluidas algunas ayudas. La campaña durará 70 días», indica José Manuel Díez, responsable de la sectorial remolachera de ASAJA.
Todo el peso de la campaña recaerá en la factoría de Jerez, una azucarera que se resiste a entregar la cuchara pese a estar limitada por las sucesivas reformas agrarias y acosada por la poderosa industria del norte de Europa. No es la más antigua pero la planta ubicada en El Portal es, actualmente, la única que sobrevive en toda Andalucía tras la drástica reforma que sufrió el sector en el año 2006 cuando multitud de fábricas se vieron forzadas a echar el cierre. Acumula más de 45 años de vida ya que se inauguró en 1.969, tan solo un año después de la desaparecida azucarera de Guadalcacín.
La remolacha es una planta bianual de tallo grueso, con grandes hojas verdes y ovales. Su raíz es la parte que se procesa para obtener azúcar. El contenido en sacarosa del tubérculo determina el precio de la remolacha por lo que el agricultor cobrará más por las raíces más dulces: la calidad determina la rentabilidad.
Es una planta de regadío, resistente al frío y aunque se ha cultivado tradicionalmente en toda Andalucía, los grandes productores provienen del norte de la Unión Europea, los Estados Unidos y Rusia. La remolacha de secano debe cultivarse en barbecho, un sistema de cultivo se deja de sembrar la tierra periódicamente para que se regenere y acumule reservas de agua. Esta modalidad, que en la provincia supone el 6% de lo sembrado con cerca de 500 hectáreas, depende de las precipitaciones frente al riesgo más controlado en las plantaciones de regadío. La tendencia indica que hay un abandono progresivo de este modelo que es menos rentable debido a los actuales precios. Sin embargo, más allá de los rendimientos económicos no se debe olvidar el importante beneficio social de este cultivo que es un ancla fundamental para el empleo y el mantenimiento de la población en el medio rural. Los principales competidores de la remolacha son otros cultivos de regadío como el tomate y el maíz.
Tras una inversión de 64 millones de euros, la planta de Jerez fue remodelada para poder refinar el azúcar de caña, permitiendo así la actividad y trabajo durante todo el año. Esta fábrica cuenta con un centro logístico y de envasado que permite las operaciones de expedición de azúcar a Andalucía y a la zona mediterránea. Recibe toda la producción andaluza de remolacha para su transformación en azúcar y además refina azúcar procedente de fuera sobre todo de Brasil.
Un futuro amargo
Los ministros de Agricultura de la Unión Europea ratificaron en febrero de 2006, pese a las críticas y a oposición de varios países, la reforma de la Organización Común del Mercado (OCM) del azúcar. Han transcurrido casi diez años desde esta fecha que supuso un cambio radical en el panorama mundial y europeo del azúcar. La normativa obligó a reducir la producción remolachera en Europa y provocó el cierre de todas las industrias en Andalucía (menos la de Jerez, de la firma Azucarera). La UE pasó de exportar, a ser importadora.
La nueva de reforma que se contempla para dentro de dos años, hasta el momento está asegurado el mantenimiento de las cuotas de azúcar hasta la campaña 2016/17, puede ser un nuevo varapalo ya que provocará una liberalización de los precios del sector. La eliminación de los precios mínimos y del sistema de cuotas crea una situación de incertidumbre para este cultivo por la merma de la rentabilidad, consecuencia de la bajada impuesta en los precios y el desmesurado costes de producción que deriva del elevado precio de fertilizantes, semillas, carburante y energía. Sin un precio atractivo, la producción de remolacha en España puede peligrar, alertan los agricultores.