El domingo de Feria acompañó el buen tiempo y eso se dejó notar en el Real. /JAVIER FERNÁNDEZ
Ciudadanos

El ambiente de 'preferia' se hizo presente en el Hontoria en el primer fin de semana

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Los días que preceden al comienzo oficial de la Feria del Caballo, como ocurrió en anteriores ediciones, se vivieron ya con ciertas ganas sobre el albero del parque González Hontoria. Lo que comúnmente se conoce como la preferia es aprovechada por muchos para ir explorando el terreno por el que se moverán durante los siete días de fiesta continua. De paso, ya durante el primer fin de semana, se puede comprobar cómo los operarios dan los últimos retoques al montaje de las casetas.

Quienes antes se han dejado ver por la Feria son, como todos los años, los más jóvenes, que se han anticipado varios días al alumbrado y, a oscuras, han vuelto a reunirse en torno al ritual del botellón de todos los fines de semana, por muy ilegal que sea.

Eso sí, en esta fecha cambian de escenario y trasladan la movida al parque en el que Jerez vive y casi duerme durante sus siete días grandes. Desde el jueves por la noche y, sobre todo, a partir del viernes, estas megaconcentraciones nocturnas de jóvenes han sido de lo más habitual en el Real.

Ya el sábado durante el día, y a pesar de que el buen tiempo no reinó, fueron también muchos los jerezanos que se pasearon por el González Hontoria. Mientras que muchas casetas todavía no estaban listas, algunos aprovechaban la ocasión para almorzar con amigos, familiares o incluso para comidas de empresa. Y es que la Feria, como se suele decir, es a medida que van transcurriendo los días «más para uno mismo». Así que todo lo que tenga que ver con el trabajo, mejor para el inicio.

Y el domingo durante la mañana y la tarde, el tiempo fue espléndido a pesar de las previsiones que anticipaban una jornada nublada en el día del comienzo oficial de la Feria. Así que muchos decidieron salir de sus hogares pronto y compartir el día con los más pequeños, en la zona de los cacharritos, que como es sabido este año ha estrenado una gran explanada. Como otros años, la Feria se fue convirtiendo de nuevo en la de «las vueltas», teniendo en cuenta que el domingo, antes del alumbrado, lo habitual es ver a la gente paseándose, pero sin llegar a decidirse a entrar en ninguna caseta.

Es, todavía, un día de relax, de tranquilidad, al menos hasta que llega la noche y el alumbrado, a las 22 horas, marca el comienzo oficial de siete días de fiesta. Eso sí, la mayoría opta por tomárselo con tranquilidad, ya que, como se suele decir también, «la Feria es muy larga».