La Diputación destina 100.000 euros para sufragar la lucha contra las plagas de mosquitos
La Asociación de Agricultores y Ganaderos (ASAJA) de Cádiz ejecuta el proyecto
Actualizado: GuardarCien mil euros es el coste para este año que la Diputación Provincial va a sufragar para luchar contra las plagas de mosquitos en la comarca de La Janda.
La Asociación de Agricultores y Ganaderos (ASAJA) de Cádiz ejecuta el proyecto.
Eliminar molestias a la población, prevenir enfermedades y evitar perjuicios económicos para las poblaciones turísticas en pleno verano, entre los objetivos del tratamiento.
«La Diputación tiene que actuar y garantizar el servicio de tratamiento para combatir con eficacia las plagas de mosquitos, que es un problema para los vecinos» manifestó la presidenta Irene García, tras firmar el convenio de colaboración un año más con ASAJA, en presencia de Maribel Peinado, vicepresidenta segunda y responsable del Área de Desarrollo Sostenible, y Manuel Vázquez Gavira, presidente de la citada asociación.
Se persigue reducir las molestias a los vecinos y visitantes de Benalup-Casas Viejas, Vejer de la Frontera, Barbate y Tahivilla, entidad local de Tarifa. Con el tratamiento también se impide la aparición de enfermedades transmitidas por los mosquitos y su erradicación evita perjuicios económicos en el territorio de las poblaciones citadas, en plena temporada turística. Para Maribel Peinado se ha «actuado de forma rápida y eficaz, con el objetivo de dar mayor calidad de vida a los vecinos de estos municipios».
La campaña contra la plaga de mosquitos cuenta con la colaboración que prestan los ayuntamientos y los vecinos, pues la mayoría de los focos en los ámbitos urbanos y periurbanos se ubican en terrenos privados. La información que estos faciliten es muy importante para la eliminación física del foco de larvas y mosquitos adultos.
La Diputación lleva años prestando este servicio de detección y tratamiento de mosquitos. Cada campaña se suele extender desde la primavera hasta el otoño. El lugar, la antigua laguna de La Janda, uno de los humedales más importantes y extensos de la Península Ibérica, que a finales de la década de los sesenta del siglo pasado sufrió una importante transformación, con la ejecución de obras hidráulicas, que lo convirtieron en la actual zona pantanosa, con uso ganadero y agrícola.
En ella destaca la existencia de unas tres mil hectáreas de arrozales, varios cursos de aguas naturales y las zonas de marisma en Barbate. Este medio ambiente favorece la proliferación de mosquitos en las poblaciones próximas.
El programa de control de mosquitos, sobre las larvas y los ejemplares adultos, persigue alcanzar la máxima eficacia con el menor impacto ambiental, como señala Francisco Cáceres, director técnico del tratamiento biológico. El tratamiento de fumigación se lleva a cabo con medios terrestres y también con el empleo de una avioneta. En determinados puntos se colocan trampas para los mosquitos adultos, en tanto el control de los resultados es permanente durante toda la campaña, lo que permite conocer la eficacia del trabajo y planificar futuras actuaciones.
Los insecticidas empleados para la eliminación de los mosquitos son biológicos, no afectan a las actividades humanas ni a los productos agrícolas, señala el director técnico.
El tratamiento en La Janda también ha puesto en marcha una experiencia piloto. Se trata de utilizar contra los mosquitos la lucha biológica a través de las poblaciones naturales de la fauna con la que conviven los mosquitos. Para ello se cuenta con ranas y sapos, peces, escarabajos acuáticos, libélulas, cangrejos rojos y los murciélagos. Todos ellos se alimentan de las larvas y de mosquitos adultos. Todos son aliados en el tratamiento contra la plaga veraniega.
Estas campañas de tratamiento año tras año conllevan una apuesta por la compatibilidad entre las necesidades del mundo rural, en una zona arrocera y ganadera, y el desarrollo económico y turístico de las poblaciones de La Janda.
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