Ucrania no será invitada a adherirse a la OTAN en la cumbre de julio en Lituania
La Alianza seguirá prestando su apoyo, pero Ucrania debe resolver problemas y convertirse en un Estado europeo moderno, según ha confirmado Stoltenberg durante su visita a Berlín
El secretario general de la OTAN realiza su primer viaje a Ucrania desde el inicio de la invasión rusa
Ucrania aspira a dar ese paso desde 2008 y los países del flanco oriental de la Alianza son partidarios, pero finalmente se impondrá el criterio estadounidense y alemán: la OTAN seguirá apoyando a Ucrania pero sin invitar a Kiev a iniciar el proceso de adhesión. Así lo ha confirmado el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, durante su visita a Berlín. «Ni en la cumbre de Vilna ni en la preparación de la cumbre hablamos de una invitación formal», ha comentado en la rueda de prensa posterior a la reunión con el canciller Olaf Scholz, «los aliados no van a debatir en Vilna sobre la posibilidad de cursar una invitación formal a Ucrania».
El presidente Zelenski pidió a principios de mes que los miembros de la OTAN formulasen la invitación en Vilna y recibir así garantías de seguridad hasta el momento de la adhesión. Después de eso, el presidente de Rumanía había prometido que «tomaremos una decisión antes de la cumbre», pero Alemania y EE.UU. han mantenido su distancia ante esa posibilidad, que obligaría a los aliados a tomar parte en la guerra.
El propósito de la cumbre en la capital lituana es celebrar una primera reunión del Consejo OTAN-Ucrania, un nuevo foro en el que los aliados se sentarán con Kiev para «marcar un camino futuro» en una plataforma permanente de consultas, ha dicho Stoltenberg, que promete prolongar el apoyo aliado tanto tiempo como sea necesario a Ucrania «en su legítima defensa» pero se muestra decidido a no implicar a la organización directamente en el conflicto.
Su prioridad, al igual que la del canciller Scholz, es lograr el fin de la guerra por medio de «un acuerdo de paz justo», que no sería en ningún caso «una paz dictada por Moscú». «Cuanto más territorio recupere Ucrania, más cerca estaremos de esa paz justa», ha precisado. Y antes que Ucrania, ambos esperan que en Vilna sea posible que tanto Finlandia como Suecia asistan como miembros, a pesar de los obstáculos que todavía mantienen los gobiernos de Turquía y Hungría.
El pasado mes de octubre, Kiev anunció su solicitud de ingresar en la OTAN por la vía rápida. Los países miembros Polonia, Rumanía, Eslovaquia, República Checa, Estonia, Letonia, Lituania, Montenegro y Macedonia del Norte respaldaron la candidatura, pero Stoltenberg se abstuvo de apoyarla y el asesor de seguridad de Estados Unidos, Jake Sullivan, declaró abiertamente que esa solicitud habría de ser pospuesta, en primer lugar porque activaría de inmediato el artículo 5 de la Alianza y los miembros del a OTAN entrarían automáticamente en guerra con Rusia.
«Primero hay que acabar con el conflicto», estableció el subsecretario general de la OTAN, Jamie Shea. «Cocinemos la cena de hoy y preocupémonos después por la cena de la semana que viene: por el momento la prioridad es preservar a Ucrania como Estado y sacar a las fuerzas rusas de su territorio». El argumento que Stoltenberg ha alegado ante Zelenski es que Ucrania no cumple con los criterios de adhesión y que todavía debe resolver problemas y convertirse en un Estado europeo moderno, liberal y democrático.
También ha señalado que, aunque se aceptase la solicitud, la membresía debe ser aprobada por unanimidad y algunos países no estarían de acuerdo. Entre ellos figuran en primera línea Hungría y Turquía, pero Alemania y Francia también se resisten. Stoltenberg sugiere que la cantidad de armas y dinero que fluyen hacia Kiev desde la OTAN es en sí misma una garantía de seguridad de hecho.