Erdogan 'castiga' a Putin con su propia medicina y le hace esperar antes de reunirse

Vladímir Putin, acostumbrado a desesperar a sus interlocutores, ha recibido de su propia medicina cuando, ayer martes, el presidente turco, Tayyip Erdogán, le hizo esperar de pie a su llegada a la reunión en Teherán. Ambos se han visto en el encuentro a tres que han mantenido los líderes de Rusia, Irán y Turquía. De forma simbólica, Erdogán demuestra la fortaleza que ha adquirido en el escenario internacional, donde Turquía está ejerciendo un papel relevante en distintos lugares del mundo.

A pesar de afrontar una complicada situación económica, la figura del mandatario turco salió reforzada de la última cumbre de la OTAN, celebrada en Madrid. Como contrapartida a permitir la adhesión de Suecia y Finlandia a la organización, Erdogán consiguió levantar el veto a la venta de armas y la colaboración de ambos países en materia antiterrorista contra los kurdos.

Otros dos puntos calientes en la política exterior turca son el Mediterráneo Oriental y el conflicto sirio. El primero de ellos le ha llevado a chocar con Grecia en una disputa sobre la soberanía de una serie de territorios en el Mar Egeo. Por otra parte, en cuanto a la crisis siria, pretende llevar a cabo una operación militar en el norte del país contra la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG). A la salida de la reunión a tres en Teherán, afirmó que dicha operación «sigue en la agenda» y que Estados Unidos debería retirar sus tropas de la zona.

Erdogán no solo mantiene el tipo ante Putin, sino que demuestra su habilidad para moverse entre distintos aliados. Mientras ejerce presión sobre sus socios en Occidente, se posiciona como interlocutor principal con Rusia. De hecho, las conversaciones entre rusos y ucranianos para permitir la exportación de grano a través del mar Negro tienen lugar en Estambul, y Erdogán había afirmado a su vuelta de Irán que confiaba en llegar «a un acuerdo» esta misma semana.