Nancy Pelosi abandona el liderazgo demócrata en la Cámara de Representantes

El anuncio se produce después de que el Partido Republicano se hiciera con el control de la cámara alcanzando el umbral de 218 escaños

Claves del recuento final en las elecciones legislativas de EE.UU.: el Senado, cada vez más cerca de ser para los demócratas

El Partido Republicano se hace con el control de la Cámara de Representantes de Estados Unidos

La hasta ahora presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, pronuncia un discurso desde la Cámara de Representantes del Capitolio de EE.UU. AFP

Javier Ansorena

Corresponsal en Nueva York

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Una página central de la historia política de EE.UU. empezó a cerrarse el jueves en el Capitolio. Su presidenta, la demócrata Nancy Pelosi, bajó al estrado que utilizan los diputados para anunciar que no seguirá como líder de su grupo parlamentario.

Pelosi, de 82 años, odiada y reverenciada en EE.UU., daba un paso al lado después de haber llevado las riendas de buena parte de la acción legislativa de la primera potencia mundial durante las dos últimas décadas.

«No buscaré la reelección como líder demócrata en el próximo Congreso», dijo. «Para mí, ha llegado la hora de una nueva generación que lidere al grupo parlamentario demócrata al que tanto respeto».

El anuncio no sorprendía a nadie. Llegaba pocas horas después de que las proyecciones de los grandes medios estadounidenses adjudicaran tras un largo recuento la mayoría de la Cámara de Representantes a los republicanos.

Por lo tanto, a partir del próximo enero, Pelosi no podría competir por mantenerse como presidenta de la Cámara, un cargo en el que ha hecho historia y que con mucha probabilidad entregará al republicano Kevin McCarthy.

«Ya es oficial. El dominio de un partido en Washington se ha acabado. Hemos echado a Nancy Pelosi», celebró McCarthy en una intervención en Fox News.

Carrera ambiciosa

Pelosi nació en una familia muy involucrada en la política. Su padre fue diputado por Maryland y alcalde de Baltimore, la principal ciudad del estado, un cargo que también ocupó después uno de sus hermanos.

Ella tardó en entrar en política. Lo hizo cuando ya había formado una familia -tiene cinco hijos- en San Francisco (California) la ciudad progresista por antonomasia de EE.UU. Se implicó en la recaudación de fondos para el partido y acabó como candidata para el distrito de su ciudad, que le llevó al Congreso en 1987. «De ama de casa a presidenta de la Cámara», dijo ayer en su discurso.

Fue una carrera ambiciosa y rompedora. Ascendió con rapidez en la jerarquía demócrata en la Cámara hasta convertirse en su líder en 2002. Era la primera mujer al frente de un grupo parlamentario del Congreso desde la fundación del país. La primera también en lograr un paso más allá: convertirse en presidenta de la Cámara de Representantes. En 2006, los demócratas recuperaron el control su después de más de una década en manos republicanas. Con ello, Pelosi tomó las riendas de la Cámara Baja y ostentó uno de los cargos con más poder en EE.UU., que le colocaba segunda en la línea de sucesión del presidente.

Al frente de la Cámara, Pelosi se confirmó como una líder implacable a la hora de aunar voluntades, doblegar rebeliones internas y mantener la disciplina de partido

El puesto le duró hasta 2011, cuando los republicanos recuperaron la Cámara después del castigo de EE.UU. a Barack Obama en las urnas tras sus dos primeros años de mandato. Y regresó al cargo en 2019, tras la victoria electoral demócrata en las legislativas de 2018, en medio de las turbulencias de la presidencia de Donald Trump.

Al frente de la Cámara, Pelosi se confirmó como una líder implacable a la hora de aunar voluntades, doblegar rebeliones internas y mantener la disciplina de partido. Alardeó sobre su capacidad para aprobar grandes planes en sede legislativa con presidencias diferentes. «He disfrutado trabajando con tres presidentes», dijo antes de mencionar inversiones en energía limpia con George W. Bush, la reforma sanitaria con Barack Obama o el plan de infraestructuras y acción climática con Joe Biden.

No se olvidó de mencionar a Trump, de quien se convirtió en su némesis. Tras regresar a la presidencia de la Cámara en 2018, se comprometió a convertirse en el freno del presidente republicano. Su enfrentamiento y su antipatía mutua quedó retratada en imágenes icónicas, como cuando Pelosi rompió los folios con la intervención de Trump en uno de sus discursos sobre el estado de la Unión.

Rivalidad con Trump

Ser enemiga de Trump le convirtió en enemiga de su movimiento. Pelosi ya se había convertido para entonces en el símbolo del ‘establishment’ demócrata, de la ciénaga de Washington, de las elites de las costas que abandonaron a la clase trabajadora y se centraron en la batalla cultural de la identidad racial y de género. Pero la rivalidad con el presidente, figura de culto para muchos republicanos, la convirtió en objeto de odio.

«¿Dónde está Nancy?», era uno de los gritos que sonaron en el Capitolio tomado por una turba ‘trampista’ el 6 de enero de 2021, con la intención de evitar la certificación de Joe Biden como ganador de las elecciones de 2020. También fue el grito que profirió el atacante que entró en su casa de San Francisco el mes pasado e hirió de gravedad a su marido, Paul Pelosi, aunque ella era su objetivo (se encontraba en Washington en ese momento).

Pelosi nació en una familia muy involucrada en la política. Su padre fue diputado por Maryland y alcalde de Baltimore

«La democracia estadounidense es majestuosa, pero frágil. Muchos de nosotros hemos sido testigos de primera mano de esa fragilidad de forma trágica en esta cámara», dijo ayer desde el mismo escenario que fue vandalizado el año pasado.

«En estas elecciones la gente ha repelido ese asalto a la democracia, han rechazado la violencia y la insurrección», dijo en referencia a unos resultados que dieron la espalda a los candidatos impulsados por Trump en los estados más decisivos.

Pero esos resultados, como era esperado, también le arrebatan su mayoría y su opción de seguir como presidenta. Su anuncio abre un proceso de elección de liderazgo en el que el favorito es un diputado que ella señaló con el dedo: Hakeem Jeffries, representante de Nueva York.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación