de lejos
¿Por qué es tan importante el cara a cara de Joe Biden y Xi Jinping en Bali?
Washington insiste en que ha llegado la hora de «tocar fondo» en esta rivalidad

El presidente Joe Biden y su homólogo chino, Xi Jinping, se han reunido durante tres horas en Bali, aprovechando la cumbre del G-20. Un escenario exótico que sirve para recordar hasta qué punto la arquitectura de las instituciones internacionales hace mucho tiempo que no ... encaja con la foto fija del resultado de la Segunda Guerra Mundial. La cita ha sido el primer encuentro cara a cara desde que Biden asumió la presidencia, con la obligación más o menos implícita de contener toda la mala sangre acumulada en una relación bilateral con riesgo tramposo de terminar en un conflicto inevitable.
El mundo espera que los dos gigantes fusionados por el bolsillo «gestionen adecuadamente» su relación, ha indicado un Xi Jinping entregado a una era de constante competición con Estados Unidos. Ante los que esperaban que el ocupante de la Casa Blanca no siguiera con el mismo vigor el pulso iniciado por Donald Trump, el continuismo de Biden es incuestionable. No solamente ha declarado lo más parecido a una guerra tecnológica con China, sino que también se ha comprometido repetidamente a defender Taiwán, la isla autónoma que Beijing quiere «unificar» más pronto que tarde.
Washington insiste en que ha llegado la hora de «tocar fondo» en esta rivalidad. Para ello, la Administración Biden intenta buscar formas de cooperar en grandes cuestiones como el cambio climático, la seguridad alimentaria o la estabilidad económica. Sin embargo, China insiste en concesiones significativas antes de empezar a hablar de nada constructivo. Con el riesgo evidente de que este acercamiento no vaya mucho más de un diálogo de sordos.
En este sentido, no hay que olvidar la complicada transformación que está sufriendo China. Para cualquier gobernante, como explica The Economist, modificar el contrato social implica graves riesgos. El régimen comunista ha obtenido durante mucho tiempo su legitimidad del aumento de la prosperidad material. Ahora, con la economía renqueante, Xi Jinping está dando mucha más importancia al orgullo colectivo y nacional. En este contexto, hablar con Biden sobre «líneas rojas» contaría como un avance.
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