Lula y Bolsonaro, técnicamente empatados en la segunda vuelta de las presidenciales de Brasil
Para conseguir la victoria el próximo 30 de octubre, el actual mandatario está usando la máquina del Gobierno a su favor, inyectando dinero a los votantes que se benefician de programas sociales
Lula y Bolsonaro van a una electrizante segunda vuelta

Faltan menos de diez días para la elección más reñida de la historia brasileña, que se decidirá contra uno o contra otro y que está prácticamente empatada. Alimentados por el antilulismo y el antipetismo, una parte de los electores votarán al actual presidente Jair Messias Bolsonaro ... , mientras del otro lado, hartos del Bolsonarismo, votarán por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que ha juntado a su lado, un espectro de apoyos de derecha a izquierda, en defensa de la democracia.
Al lado de Lula, se ha plantado la derechista Simone Tebet, la tercera colocada en las encuestas, y la sorpresa de esta elección en el intento por una tercera vía. Tebet, que fue bastante crítica con Lula y su Gobierno en la primera fase de la campaña, está acompañando diariamente a Lula y yendo a las áreas en que el petista no tiene votos, pero su acción no se ha convertido en la transferencia de los casi cinco millones de votos que conquistó.
«Lo que está en juego es mucho más grande que cada uno de nosotros», declaró al unirse al expresidente. «Reconozco en él su compromiso con la democracia y la Constitución, lo que desconozco en el actual presidente», afirmó refiriéndose a Bolsonaro, conocido por su autoritarismo.
La pelea, cada vez más dura, ha dejado a los dos candidatos en empate técnico, con Lula, que comenzó el segundo turno más al frente, aún delante del ultraderechista. Según la última encuesta Datafolha, contratada por 'Folha de São Paulo' y por el Grupo Globo, Lula tendría el 52% de las intenciones de voto, frente a un 48% de Bolsonaro, considerando los votos válidos, que excluyen los votos nulos y blancos.
El problema de la abstención
Bolsonaro y Lula se disputan voto a voto, incluso tratando de convencer a quienes no votaron en la primera vuelta. El 2 de octubre se registró un 21% de abstención, equivalente a unos 30 millones de electores. Esa ausencia es una desventaja para Lula, según especialistas en elecciones, pues el líder izquierdista tiene más votos entre los más pobres y los que viven más lejos.
Con el hambre en aumento, el voto dejó de ser prioridad, y en la batalla de votos, el Partido de los Trabajadores (PT) quiere transporte público gratuito en el día de la votación, y el Partido Liberal, de Bolsonaro, viene pidiendo en tribunales que esa medida no se confirme.
Para conseguir la victoria el próximo 30 de octubre, Bolsonaro viene usando la máquina del Gobierno a su favor. Ha repartido fondos entre congresistas en una cuestionable operación que la prensa viene llamando «presupuesto secreto» y ha liberado dinero para los más pobres en su programa Auxilio Brasil, que vale hasta diciembre. El Palacio del Planalto, a su vez, se ha convertido en escenario de eventos de su campaña.
Según el portal UOL, desde agosto, cuando comenzó la campaña, el gobierno Bolsonaro aumentó, en casi 6. 000 millones de euros, las transferencias de dinero a los votantes beneficiarios de los programas sociales. El ritmo de las transferencias se ha acelerado en octubre, después de la primera vuelta, justo cuando Bolsonaro intenta revertir la diferencia de 6,2 millones de votos que tuvo de Lula en la primera ronda.
Libertad de expresión a debate
«Muchos brasileños ya tomaron una decisión y el número de personas a las que debemos convencer se está reduciendo», declaró Lula, empeñado en defenderse de la máquina de «fake news» instalada por el equipo de campaña de Bolsonaro, en la radio, la televisión, y especialmente en las aplicaciones de mensajería de los móviles, donde el Tribunal Superior Electoral (TSE) no tiene control.
La presidente del PT, Gleisi Hoffmann se reunió con el presidente del TSE, Alexandre de Moraes, pidiendo apoyo para combatir la «máquina de noticias falsas». «La sensación que tenemos es que estamos secando hielo, frente a esas propagandas. Tenemos en el país un esquema de producción, coordinación y operacionalización de noticias falsas», explicó la líder petista.
Según 'Folha de São Paulo', Moraes garantizó medidas contra las noticias falsas, contra el acoso electoral e intensificará la campaña para que los electores acudan a las urnas y reducir la abstención. El ministro del TSE también se reunió esta semana con representantes de las redes sociales Twitter, Tik Tok, Facebook, Kwai, Linkedin, Telegram, Google y YouTube.
Para los aliados de Bolsonaro y Jovem Pam, la medida representa una censura a la prensa. Para algunos de los principales medios, el TSE está buscando una línea para definir entre la censura y la lucha contra la desinformación. «La libertad de expresión no es la libertad de agresión», declaró Moraes, que se ha convertido en blanco de los bolsonaristas.
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