El frente interno de Biden: mantener el apoyo a Ucrania en una guerra que se alarga
Con el paso de los meses y ante las elecciones de 2024, el soporte «inquebrantable» a Kiev será cada vez más delicado

Joe Biden ha ofrecido esta semana la imagen de fortaleza y determinación que muchas veces se le resiste. El viaje secreto y nocturno en tren a Kiev; la aparición junto a Volodímir Zelenski delante del monasterio de San Miguel, símbolo de resistencia, tocado con gafas de aviador; el discurso enérgico en Polonia al día siguiente.
Ha sido todo una escenificación poderosa para cerrar filas en torno a Ucrania, mostrar determinación por parte de la primera potencia mundial y cimentar el apoyo de sus aliados.
El presidente ha repetido esta semana en Kiev y Varsovia los mismos mantras que ha defendido desde hace un año, cuando Vladimir Putin se lanzó a la invasión de su país vecino: el apoyo «inquebrantable» a Ucrania, «todo el tiempo que sea necesario»; la agresión rusa no solo no ha dividido a EE.UU. y sus aliados, sino que ahora están «más unidos y decididos que nunca»; «Ucrania nunca será una victoria para Rusia» y la respuesta internacional frente a Putin es la elección «entre la democracia que eleva el espíritu humano y la mano brutal del dictador que lo destroza».
Biden buscaba dejar claro que, un año y 113.000 millones de dólares en ayuda militar y financiera después del comienzo de la guerra, el apoyo de EE.UU. a Ucrania no ha desfallecido. La pregunta, cuando se cumple el aniversario de la invasión, es cuánto tiempo más y en qué condiciones seguirá sin hacerlo.
El apoyo al envío de armas desde EE.UU. a Ucrania ha caído al 58% entre los ciudadanos, frente al 73% de abril del año pasado.
El compromiso popular con la causa ucraniana es desigual en la Unión Europea -Hungría, como ejemplo de escepticismo; los países bálticos y Polonia, lo contrario- y EE.UU. no es una excepción. El hastío de la guerra, la inflación vinculada a ella, el impacto en las arcas públicas de un conflicto en la otra punta del mundo aumentan con el paso de los meses. Esta misma semana, una encuesta de Reuters/Ipsos mostraba que el apoyo al envío de armas ha caído al 58% de los estadounidenses, frente al 73% de abril del año pasado. Otro sondeo reciente, esta vez de AP/NORC, aseguraba que los estadounidenses que apoyan esa medida ha pasado del 60% en mayo del año pasado al 48% actual.
También son cada vez menos quienes ven con buenos ojos otras intervenciones de EE.UU. en la guerra, como la recepción de refugiados de Ucrania, el envío de ayuda económica e, incluso, la imposición de sanciones a Rusia. Los ciudadanos priorizan ahora mucho más evitar daños a la economía estadounidense que imponer sanciones efectivas contra Rusia. En todas estas cuestiones, los republicanos son mucho más contrarios a extender la ayuda a Ucrania.
Grietas políticas ante el apoyo a Zelenski
Nada hace pensar que esa tendencia vaya a cambiar, a no ser que haya giros de la dinámica en el frente (por ejemplo, por ataques con armas no convencionales o una extensión a otros países). Rusia y Ucrania parecen dispuestas a prolongar la batalla en el este y el sur del país invadido y Kiev requerirá de más y mejor armamento a EE.UU., todo ello sufragado por los contribuyentes.
Para complicar más las cosas, las ofensivas y contraofensivas que se preven esta primavera -la esperada por parte de Rusia podría haber comenzado ya- llegan en un momento delicado en la escena política de EE.UU. Los envíos de ayuda militar y económica a Ucrania coincidirán con la negociación de la extensión del techo de deuda, un asunto que enfrenta a demócratas y republicanos.
Los primeros buscan aprobarla, como se ha hecho en innumerables ocasiones en las últimas décadas, y subir impuestos a las grandes corporaciones y multimillonarios para contener la deuda pública, mientras que los segundos apuestan por recortes de gasto. Discutir recortes o subidas de impuestos mientras la guerra se alarga podría ser una bomba política. Porque, a la vez que se deteriora el apoyo popular en EE.UU. a la guerra -o precisamente por ello-, las grietas políticas cada vez son más aparentes.
Un grupo minoritario, pero muy mediático, de diputados de la facción más radical de los republicanos exige que se corte el grifo ya a Ucrania. Este mes presentaron la propuesta legislativa 'Fatiga con Ucrania' para que se deje de enviar dinero a Kiev.
Eso no tendrá impacto de momento, porque la posición mayoritaria de ambos partidos es de apoyo a Ucrania y los líderes republicanos siguen lejos de esa línea. Pero el presidente republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, tiene una mayoría tan escasa que tendrá que negociar y hacer concesiones con el ala radical, que ya estuvo a punto de dejarle sin esa presidencia cuando la estrenó en enero.
El paso de los meses sumará otro elemento que enturbiará las relaciones con Ucrania: la inminencia de las presidenciales de 2024. Si la guerra acaba por convertirse en un asunto central de las elecciones, no será a favor de los intereses de Kiev.
Donald Trump, todavía la voz más fuerte del partido republicano y candidato a la reelección, está en campaña y ha defendido que la guerra tiene que acabar ya, un punto de vista que podría ser muy popular en el electorado pero que implicaría concesiones amplias -también territoriales- a Rusia.
El problema para Ucrania es que Trump no está solo en ello. Ron DeSantis, gobernador de Florida y principal aspirante a derrocar al expresidente en primarias, fue en sus años de diputado un crítico feroz contra Rusia, su anexión de Crimea en 2014 y su apoyo a separatistas en el Donbas. Llegó a acusar a Barack Obama de debilidad en una entrevista de 2015 por no haber armado a Ucrania. Ahora ha cambiado de opinión: «No creo que nos convenga meternos en una guerra por delegación con China, implicarnos por cosas como territorios de frontera o Crimea».
Queda por ver cuánto tiempo puede conservar Biden esa posición de determinación y fuerza que mostró esta semana en Kiev y Varsovia. Pero el tiempo solo azuzará las presiones políticas y electorales que juegan en contra de Ucrania.