Eslovaquia se une a Polonia y Hungría y suspenderá las importaciones de granos de Ucrania
La llegada masiva de los cereales ucranianos está perjudicando a los agricultores de estos países
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El Gobierno de Eslovaquia se ha unido a su vez a los de Polonia y Hungría y ha decidido también suspender las importaciones de cereales ucranianos, debido a los efectos negativos que ha tenido para sus agricultores la llegada de grandes cantidades de grano procedentes de este país a un precio sensiblemente menor al local. En Polonia, las protestas de los agricultores ya han provocado la dimisión del ministro de agricultura.
La Comisión Europea ha reconocido que está analizando la situación en un campo que entra plenamente dentro de sus competencias, mientras estudia las medidas posibles para tratar de aliviarla. Hace dos semanas, el ejecutivo comunitario ya aprobó un paquete de 56 millones de euros para los gobiernos de Polonia, Hungría y Rumanía, al considerar que la llegada masiva de los cereales ucranianos estaba perjudicando a los agricultores de estos países.
Las causas de esta situación hay que buscarlas, según fuentes europeas, en el hecho de que las exportaciones a través del mar Negro se han paralizado prácticamente y todas las exportaciones ucranianas se derivan hacia los puertos del Báltico a través de Polonia o de otros países limítrofes, donde se acumulan grandes cantidades, sobre todo de maíz destinado al consumo animal. Eso explica también que por ahora Rumanía -que era el paós de tránsito para enviar el grano hacia el Mar negro, no haya impuesto ninguna medida excepcional.
Lo más probable es que esta situación sirva para iniciar la discusión entre todos los gobiernos sobre la necesidad de mantener o no la suspensión de los aranceles a las exportaciones ucranianas que se decretó al inicio de la guerra. Sin embargo, incluso si hubiera un acuerdo para restablecer estos impuestos, no podrían imponerse a los productos que antes no estaban gravados, como es precisamente el caso de los cereales.
De todos modos, el portavoz de la Comisión, Eric Mamer, ha recordado que los países afectados «han hecho todo lo que estaba en su mano para ayudar a Ucrania y no queremos añadirles problemas, lo que queremos es buscar soluciones». Una formulación que excluye la posibilidad de que se apliquen sanciones.