Trump moviliza a sus bases para la victoria frente al socialismo

El presidente de EE.UU. clausura con un discurso el mayor encuentro de votantes republicanos

Donald Trump, en la Conferencia de Acción Política Conservadora (Cpac) AFP
David Alandete

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En cuatro años, Donald Trump ha transformado completamente la política estadounidense, sobre todo su propio partido y la relación de este con las bases conservadoras. La demostración quedó patente este sábado, cuando el presidente de Estados Unidos fue recibido con una larga y cerrada ovación en la Conferencia de Acción Política Conservadora , la misma de la que se ausentó hace exactamente cuatro años, durante su primera campaña electoral, en protesta por la resistencia que detectaba dentro de las élites del Partido Republicano .

«En estas elecciones defenderemos nuestra fe, nuestra historia, nuestras fronteras y todas las libertades que Dios nos ha dado», dijo el presidente en su discurso, que sirvió de clausura a una conferencia de pago a la que han acudido unas 10.000 personas.

El mayor congreso de votantes conservadores de Estados Unidos , que se celebra anualmente en la zona metropolitana de Washington, le ha brindado un enardecido apoyo a Trump en su campaña para ser reelegido en noviembre. Más si su contrincante es el demócrata Bernie Sanders, que se proclama socialista y que de momento va ganando las primarias en un campo muy dividido. El lema de este congreso ha sido, de forma resumida, el de Trump contra el avance del socialismo en América.

Con Sanders también

En el congreso han participado familiares del presidente, incluidos sus hijos Don Jr. e Ivanka; sus ministros y su vicepresidente, y políticos que le apoyan desde todos los rincones del mundo, incluidos el padre e ideólogo del Brexit, Nigel Farage , quien dijo en un discurso: «Deberíais estar todos trabajando para que gane las primarias demócratas Bernie Sanders, eso es garantía segura de que Donald Trump se quedará en la Casa Blanca».

Cada año en este congreso, conocido como Cpac por sus siglas en inglés, se produce una votación informal sobre quién sería el candidato republicano a la presidencia ideal. Lo curioso es que en 2016 no fue Trump quien ganó, sino el senador Ted Cruz , que le disputaba las primarias. Este sábado ese pasado quedó borrado. Cientos de personas lucían las gorras rojas de Trump con el lema de su campaña, «Hagamos América grande de nuevo». El partido Republicano era, más que nunca, el partido de Trump.

Hace ocho años, la mencionaba encuesta la ganó Mitt Romney , candidato perdedor en 2012. Como Romney, ahora senador republicano por Utah, votó contra Trump en el juicio político del impeachment, ayer el presidente le llamó en su discurso «maleante», a lo que la audiencia aplaudió enfervorecida.

Hace apenas una década este encuentro de votantes, cuyas entradas cuestan como mínimo 300 dólares (unos 270 euros), iba perdiendo aforo y patrocinadores año tras año. Con Trump, las cosas han cambiado. Este año ha colgado el cartel de completo. «Vaya, como ha crecido este evento, me pregunto por qué», se preguntó el presidente en su discurso. «Trump, es Trump», le respondieron desde la audiencia.

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