PRIMARIAS DEMÓCRATAS EN EEUU

Sanders coge impulso en New Hampshire ante la fractura del centro demócrata

El declive de Warren, que llegó a liderar las encuestas en octubre, le convierte como la opción ganadora para los votantes de izquierda

Bernie Sanders, el martes en New Hampshire AFP

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Las primarias de New Hampshire, el segundo estado en votar a los candidatos a la presidencia de EE.UU. tras los «caucus» de Iowa, suelen ser una oportunidad para aclarar la carrera por la nominación en cada partido. En el partido demócrata, sin embargo, el recuento en la noche del lunes -madrugada de ayer en España- dejaba más preguntas que respuestas.

Bernie Sanders se imponía por la mínima (25,7% de los apoyos) frente a Pete Buttigieg (24,4%), mientras que una sorprendente Amy Klo buchar firmaba una gran noche (19,8%) y Elizabeth Warren (9,2%) y Joe Biden (8,4%) se hundían. ¿Se puede considerar a Sanders favorito cuando Buttigieg le aventaja en delegados -apunta a ganar dos más en Iowa y en New Hampshire consiguieron los mismos, nueve)? ¿Tiene realmente alguna posibilidad Amy Klobuchar? ¿Ha perdido todas Biden? ¿Qué pasará cuando entre en carrera Bloomberg?

Queda mucho por delante en las primarias demócratas y la carrera está muy fluida, pero si algo afianza New Hampshire es que Sanders es, pese a todas las dudas, el mejor colocado para la nominación.

En Iowa -donde también ha clamado victoria, aunque pertenece más a Buttigieg- y en New Hampshire se ha impuesto en el voto popular. Su buen comienzo permitirá más entrada de donaciones y animará a sus bases. El declive de Warren , que llegó a liderar las encuestas en octubre, le convierte como la opción ganadora para los votantes de izquierda. Cuenta con una maquinaria electoral bien engrasada, heredada y mejorada de las primarias de 2016, cuando estuvo cerca de batir a Hillary Clinton . Ha pasado a liderar las encuestas a nivel nacional, donde ha adelantado a Biden y cuenta ahora con un 23,6% de los apoyos, según el acumulado de RealClearPolitics. Y, al contrario que otros aspirantes, tiene tirón entre las minorías, un elemento clave para conseguir la nominación (en New Hampshire, por ejemplo, le apoyaron el 40% de los hispanos) y que se notará sobre todo a partir de las primarias de Carolina del Sur, a finales de mes, y el ‘Supermartes’ del 3 de marzo, donde se pondrán en juego una quincena de estados. Entre ellos, los dos que más delegados reparten y con mucho peso hispano, California y Texas, y varios estados sureños con muchos votantes negros.

Puntos oscuros

New Hampshire, sin embargo, también tiene puntos oscuros para Sanders. Apenas le han votado los mayores de 65 años (14%) y, aunque ha ganado, lo ha hecho con menos margen del que se esperaba. Sanders arrasó aquí en 2016, cuando las primarias demócratas eran cosa de dos, mientras que ahora están pobladas de candidatos. Con todo, las encuestas le daban mayor distancia frente a Buttigieg.

Pero hay un problema más estructural y que divide a los candidatos. Los moderados como Buttigieg y Biden consideran que para derrotar a Trump hay que convencer a independientes y republicanos moderados , y presentar un mensaje acorde. Sanders opta por una programa ambicioso que lleve en masa a los votantes de izquierdas a las urnas, sobre todo a los jóvenes. Pero en Iowa, la participación en los ‘caucus’ fue mucho menor de lo esperada, e incluso más baja que en 2016. Y en New Hampshire fueron menos jóvenes a las urnas que en las anteriores primarias (el porcentaje cayó del 19% al 14%).

Son señales de que el electorado, al menos de momento, no se ha contagiado del entusiasmo del veterano senador de Vermont. Pero quizá no sea necesario para conseguir la nominación, mientras el bando centrista siga tan abierto. El voto moderado -Buttigieg, Klobuchar, Biden- ha superado con creces al izquierdista -Sanders y Warren-, pero apunta a estar dividido todavía un buen tiempo, lo que beneficia a Sanders.

En un sistema de reparto de delegados proporcional, como ocurre en las primarias, es difícil adelantar al líder, si este sale bien parado del ‘Supermartes’. Sobre todo si varios candidatos rivales siguen en juego, que es lo previsible que ocurra con, al menos, Buttigieg, Biden y Bloomberg. Hay una lección al respecto de 2016: una de las razones por las que Donald Trump ganó la nominación es porque durante buena parte de las primarias el voto se repartió entre muchos candidatos.

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