Buttigieg toma la alternativa como favorito en el debate demócrata: le atacan todos
Muchos esperaban que Biden saliera el viernes con el cuchillo entre los dientes para recuperar el terreno perdido, pero no fue así
Pete Buttigieg , el jovencísimo candidato a la presidencia de EE.UU. -tiene 38 años- se convirtió la noche del viernes en el protagonista del debate entre candidatos demócratas, en la toma de alternativa como favorito del centro. El ex alcalde de South Bend -una pequeña localidad de Indiana, en la América profunda- obtuvo un magnífico y sorprendente resultado en los «caucus» de Iowa del pasado lunes -el pistoletazo de salida de las primarias demócratas-, que acabaron en un empate técnico entre él y Bernie Sanders, el favorito de la corriente izquierdista.
Por esa victoria, sus rivales le estaban esperando. El ascenso en la carrera por la nominación demócrata tiene la consecuencia de que el ascendido se convierte en blanco de los ataques. El debate del viernes no fue una excepción.
Nada más arrancar la velada, el favorito inicial en las primarias, Joe Biden, recuperó un ataque que ya le lanzó durante la semana: que su única experiencia de servicio público es ser alcalde de una ciudad de 100.000 habitantes y que « no tiene apoyos entre las minorías ». El que fuera vicepresidente con Barack Obama es el gran perdedor del ascenso de Buttigieg. Ambos presentan un mensaje centrista y buscan atraer al demócrata moderado y, en caso de una confrontación con Donald Trump, a los votantes independientes y a los republicanos disgustados con el actual presidente. Les separan casi cuatro décadas de vida y la experiencia de Biden en Washington -muchos años en el Senado y en la Casa Blanca- es incomparable a la de Buttigieg.
A pesar de ello -o, en palabras de Buttigieg, precisamente por ello- el joven aspirante se colocó en primer lugar, empatado con Sanders , en Iowa, mientras que Biden se desplomó, a pesar de encabezar las encuestas desde casi el anuncio de su candidatura a comienzos del año pasado.
Muchos esperaban que Biden saliera el viernes con el cuchillo entre los dientes para recuperar el terreno perdido, pero no fue así. Al contrario, pareció conceder la derrota en New Hampshire, que el martes celebra sus primarias y que acogió el debate. « Me llevé un golpe en Iowa y probablemente me lo lleve aquí también», dijo en el comienzo, de forma sorprendente. «Bernie ganó aquí por 20 puntos la última vez».
Sanders, que encabeza las encuestas con claridad para New Hampshire, atacó a Buttigieg por el lado de la financiación electoral. «A diferencia de algunos de los que estamos aquí, yo no tengo a cuarenta multimillonarios, Pete, contribuyendo a mi campaña», dijo el senador por Vermont al candidato. Buttigieg dio su respuesta habitual -« soy el único candidato en este escenario que no es un millonario o multimillonario»- y justificó que hay que armarse lo mejor posible para derribar a Trump.
Quien disparó más y con más fuerza a Buttigieg fue otra senadora, Amy Klobuchar . Ella también pertenece al ala moderada del partido y, tras un quinto puesto en Iowa, necesitaba revivir su candidatura. Criticó que el ex alcalde dijera en 2018 que estaba a favor de ‘Medicare for all’ -implantar un sistema de sanidad pública universal gratuita- y que ahora haya cambiado de opinión; aprovechó una declaración de Buttigieg en la que protestaba por lo “cansado” que era el «impeachment» a Trump en el Senado para decirle que «es mucho más difícil liderar y mucho más difícil tomar posturas difíciles»; le calificó de «recién llegado "cool"» y le relacionó con Trump al decir que “tenemos un recién llegado en la Casa Blanca y mira a dónde nos ha llevado”.
Incluso Tom Steyer, el candidato multimillonario, sin apenas opciones, lanzó algún dardo a Buttigieg: dijo que desconfiaba del desempeño que tendría frente a Trump si llega a ser nominado y, como Biden, recordó su escaso tirón entre el electorado de minorías.
También una de las moderadoras, Linsey Davis , sacó el colmillo cuando le interrogó sobre sus logros en materia racial y le dijo que durante su mandato había habido más arrestos de ciudadanos negros por posesión de marihuana. Buttigieg trató de escabullirse y Davis volvió a dar rodeos. La periodista decidió preguntar a Elizabeth Warren, la otra candidata izquierdista, si le parecía que Buttigieg había respondido con suficiencia: «No», respondió ella tajante. Fue uno de los pocos momentos de los que disfrutó Warren, que necesita impulsar su candidatura después de quedar tercera en Iowa. Pasó muy desapercibida en un debate que reafirma el camino que toman estas primarias: desde el principio se ha visto que hay una división entre izquierdistas y moderados (ayer se volvió a ver sobre todo en la habitual discusión sobre la financiación de la sanidad pública). Ahora está claro que Sanders liderará al bando izquierdista y Buttigieg, tras otro decepcionante desempeño de Biden, apunta a quedarse con el centro.