Bloomberg, ausente, se aprovecha de la debacle de los demócratas en los caucus de Iowa

Su apuesta por no hacer campaña en Iowa le ha salido redonda

Michael Bloomberg AFP

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Los candidatos demócratas hacían malabarismos verbales el lunes por la noche en sus discursos de reacción a los resultados -inexistentes- en los «caucus» de Iowa. Toda la atención política de EE.UU. estaba puesta en la noche, y los pretendientes necesitaban aprovechar el «prime time» televisivo.

El que fue más allá fue Pete Buttigieg , el joven alcalde de South Bend (Indiana), un candidato improbable pero que podría haber cogido impulso en los «caucus». «Esta noche, la esperanza improbable se ha convertido en una realidad incontestable», dijo a un grupo de seguidores enfervorizados en un polideportivo de la Drake University, en un discurso con mucha inspiración de Barack Obama. «Todo indica que vamos a New Hampshire victoriosos», añadió para sorpresa de muchos, ya que nadie sabía los resultados.

«Es bueno que no tenga experiencia en Washington», reaccionaba una seguidora, Cindy Williams, a la pregunta de si tendría alguna posibilidad contra Trump de resultar nominado. «Y puede ganar los estados que necesitamos, aquí en el Medio Oeste, atraerá a moderados y a republicanos que no quieren a Trump».

Sanders no llegó a declararse ganador -y criticó ayer con dureza a Buttigieg por hacerlo-, pero celebró que su campaña «va a ganar esta elección» y, poco después de la medianoche, publicó sus propios resultados con el recuento elaborado por sus voluntarios en el 40% de los distritos de Iowa. El ganador, claro, era él, con uno 28,6% de los delegados estatales, frente al 25,7% de Buttigieg. La sorpresa es que el favorito en buena parte de la carrera, Joe Biden, se desplomaba hasta un 15,08%.

«Varios de mis vecinos republicanos han venido a votar a Bernie», señalaba desde el hotel de la campaña de Sanders Ryan Pierce, un voluntario. «Es una buena señal sobre la capacidad que tiene de movilización».

Mientras el partido demócrata se afanaba en preparar los resultados , el fiasco tiene beneficiarios. En primer lugar, el candidato Michael Bloomberg, al que su apuesta por no hacer campaña en Iowa le ha salido redonda: podrá sacudirse cualquier papel en el descalabro y presentarse como una opción sensata y segura. El escenario que más convenía a Iowa era una victoria de uno de los candidatos izquierdistas -Sanders o Warren-, lo que le permitía afianzarse como alternativa moderada. Pero el caos técnico todavía le beneficia más y ayer decidió duplicar su inversión en anuncios para las primarias en las que sí participa.

El otro ganador, como se encargó de recordar él mismo, es Donald Trump. Lo que ocurrió en Iowa es el comienzo soñado de las primarias demócratas para el presidente y lo supo aprovechar. «Es un desastre absoluto», dijo sobre el recuento y criticó que, con los demócratas, «nada funciona».

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