Draghi contra las infamias para desacreditarlo: «No estaba cansado, quería completar el trabajo»
Berlusconi y otros populistas lanzan la idea de que el Gobierno cayó porque el primer ministro quería irse; para Draghi se trata de «desinformación» por motivos electorales
Ajuste de cuentas en Forza Italia: Tres ministros abandonan el partido con duras críticas hacia Berlusconi
Salvini inicia campaña con su bandera preferida: la lucha contra la inmigración
Los primeros golpes bajos de la durísima campaña electoral que se avecina en Italia ya han comenzado y se han dirigido contra el primer ministro, Mario Draghi. Lo han hecho de forma injusta, innoble y, lo que es peor, calumniosa. El primero en disparar ha sido el anciano líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, quien a sus 86 años (los cumple en septiembre), convertido ya en una caricatura de sí mismo, quiere seguir jugando un papel importante, para defender los intereses de su imperio económico.
Berlusconi, que lleva 30 años en la primera línea de la política italiana, un récord, ha comentado en varios medios italianos la caída del Gobierno Draghi con estas palabras: «No queríamos derribar a Draghi, pero no estuvo disponible para un bis (nuevo Ejecutivo). Se ha caído solo. Probablemente estaba cansado y aprovechó la ocasión para irse». Berlusconi ha cargado aún más las tintas en conversación telefónica con el director de 'La Stampa', Massimo Giannini: «Todo el mundo sabe que estaba hasta el gorro. La dimisión era su voluntad propia, independientemente de lo que hicieran, dijeran y votaran los partidos. ¿Quieres que te revele una indiscreción? ¿Sabes lo que le dijo Draghi a un amigo común? 'Basta, ya no aguanto más, aquí me hacen trabajar el doble de lo que trabajaba en el BCE'«. Desde luego, Il Cavalliere se ha mostrado muy poco caballeroso con el expresidente del Banco Central Europeo.
Mario Draghi se ha sentido ofendido por las infamias que han lanzado contra él. Ha respondido con rabia y pocas palabras, como es su estilo: «¡No es verdad, no es verdad, no estoy cansado!», recordando que intentaron derribarlo «mil veces». Draghi ha reiterado que solo «quería un mandato claro para completar el trabajo». El primer ministro en funciones ha querido dejar muy claro que los populistas se propusieron acabar con su Gobierno, haciendo una propuesta insostenible. Pretendían, según Draghi, «un gobierno bis, pero sin el Movimiento 5 Estrellas, destinado a durar un día». Mario Draghi considera que esa campaña contra él se debe a que estamos ya en campaña electoral. Él piensa que son «sandeces», fruto de un gran trabajo de «desinformación» orquestado por motivos electorales.
Ajuste de cuentas en Forza Italia
Parece claro que ni Berlusconi ni los populistas quieren responsabilizarse de haber derribado al Gobierno Draghi para evitar ser perjudicados en la campaña electoral. Objetivamente, se culpa a los populistas del Ejecutivo, el Movimiento 5 Estrellas y la Liga, pero también a Berlusconi, que si bien se ha declarado habitualmente como un moderado, en esta ocasión se alineó con el extremismo de Matteo Salvini y, por supuesto, con Giorgia Meloni, líder de Fratelli d'Italia. Este último, al ser el único partido importante en la oposición a Draghi, se ha visto favorecido en las encuestas y hoy es el primer partido del país.
El papel que ha jugado Berlusconi en la crisis, alineándose con el extremismo de Salvini, en las largas reuniones que la derecha ha mantenido en su lujosa villa romana de Via Appia, ha levantado ampollas en su partido. Seguramente, con su ataque a Draghi, intenta apagar la enorme tensión que se registra en su partido, con un feroz ajuste de cuentas entre sus fieles y los que deseaban la continuidad del Gobierno Draghi. Para atajar el descontento y la desbanda de afiliados, Berlusconi se ha desatado con entrevistas en diversos medios.
De momento, han abandonado Forza Italia los tres ministros del partido que forman parte del Ejecutivo, los tres con una gran trayectoria en FI y varias veces ministros en anteriores gobiernos: Renato Brunetta, titular de la Administración Pública; Mara Carfagna, ministra para el Sur, y Maria Stella Gelmini, ministra para Asuntos Regionales. Los tres coinciden en que el anciano líder ha adoptado una decisión «enloquecida», abandonando la moderación en que se movía Forza Italia, para abrazar la línea extremista de Matteo Salvini. Los tres ministros en funciones, Brunetta, Carfagna y Gelmini, coinciden en que Berlusconi ha tirado los 30 años de historia de Forza Italia: «Para FI sido un error clamoroso: porque la agenda reformista, europeísta y atlantista de Draghi es exactamente la de la historia de Forza Italia. Y en lugar de apuntarse los éxitos del Ejecutivo, se los han regalado al Partido Demócrata. Treinta años de historia han sido traicionados», ha declarado Mariastella Gelmini. Berlusconi los ha llamado «ingratos», deseándoles que «descansen en paz».
Meloni y Conte también contra Draghi
Giorgia Meloni, líder de Fratelli d'Italia, siempre crítica con el expresidente del Banco Central Europeo, considera que ha aprovechado la crisis política para marcharse: «Es probable que Draghi haya aprovechado la ocasión para marcharse y no asistir, desde el Palazzo Chigi, al riesgo de la llegada de una tormenta. Y, por supuesto, también Giuseppe Conte echa la culpa a Draghi, porque no fue receptivo a sus demandas, entre otras, el mantenimiento de una ley aprobada por el gobierno Conte, conocida como el «Superbonus 110».
Se trata de una medida, aprobada en mayo de 2020, que trata de modernizar edificios e infraestructuras mejorando su eficiencia energética, con el fin de reactivar el sector de la construcción, en crisis a causa de la pandemia. En realidad, Draghi no ha querido eliminar el Superbonus 110, con miles de empresas afectadas, sino que ha pretendido establecer un control y modificarla, «porque estaba mal diseñada», para evitar la enorme corrupción que ha producido, como han dicho Draghi y el ministro de Economía en el Parlamento. En medios italianos se ha destacado que el fraude al Estado ha sido de 6.000 millones de euros.
Se entiende que los líderes populistas traten de descargarse culpas por las consecuencias electorales que puede tener el espectáculo que dieron en el Senado para derribar a Mario Draghi. Muchos análisis siguen siendo muy críticos, como la profesora Elsa Fornero, exministra de Trabajo en el Gobierno de Mario Monti: «Los italianos son, por término medio, mejores que quienes los representaron en el Senado el miércoles pasado, pequeños hombres inmaduros, incapaces de crecer, de comprender la gravedad de los problemas del país».
Campaña de Salvini: inmigración
No se había hecho oficial la fecha en que los italianos acudirán a las urnas (el 25 de septiembre), cuando ya los líderes que, según los sondeos, las ganarán lanzaron su propaganda en las redes sociales. Matteo Salvini ya se debe ver nuevamente ministro del Interior y ha lanzado el primer mensaje sobre un tema que será bandera electoral: la inmigración. En Twitter ha colocado un primer plano de su cara y detrás el mar con una barcaza llena de inmigrantes, con dos frases en grandes caracteres: «Vuelve la seguridad, vuelve el coraje». Y para redondear, lanza este mensaje en un tuit: «Volver a defender las fronteras italianas tras los repetidos fracasos de la Lamorgese (ministra del Interior), lo hará el próximo Ministro del Interior. ¿Que opinan, amigos?». Por la noche, Matteo Salvini apareció, en un canal de la RAI dando lo que se podría denominar su primer mitin de esta campaña, hablando desde el despacho que parecía una sacristía, porque detrás de él, en la pared, aparecían iconos de vírgenes, rosarios, crucifijos y estampas de otros santos.