Cristina Kirchner reaparece en un acto por primera vez desde su intento de asesinato

Tras más de dos meses, la vicepresidenta argentina vuelve a la vida política

Cristina Fernández de Kirchner durante un acto el 4 de noviembre REUTERS
Guadalupe Piñeiro Michel

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Tras dos meses casi en las sombras de la política, este viernes en una soleada tarde en Buenos Aires reapareció en público la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner tras el intento de asesinato que tuvo lugar el pasado 1 de septiembre en las cercanías de su domicilio. La cita fue sobre las 17 horas locales en un acto organizado por la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) en la localidad bonaerense de Pilar.

La expectación en Argentina era alta, dado que durante toda la semana en el país del tango se especuló acerca de los motivos de su presencia en el evento, considerando incluso la posibilidad de que la expresidenta aprovechase la ocasión para presentar su candidatura para las elecciones de 2023. El último discurso de la funcionaria había tenido lugar el pasado 15 de septiembre en el Senado argentino.

«No me di cuenta de que pretendía matarme»

«Cristina presidenta», alentó la militancia apenas comenzado el acto del cual la protagonista fue la ex ocupante de la Casa Rosada, quien realizó un discurso que se extendió durante más de 40 minutos. Exactamente a los 45 minutos de comenzado el evento, Cristina Fernández de Kirchner tomó la palabra. «Es mi primera salida», fue la primera frase que pronunció en el evento de este viernes.

Una de las frases más destacadas del discurso de la vicepresidenta tuvo lugar poco antes de las 18 horas locales, cuando la exmandataria se refirió a su intento de asesinato: «Hoy se cumplen dos meses y tres días de eso que todos vieron por televisión. Yo también lo vi por televisión el arma que pretendía volarme la cabeza. No me di cuenta del arma que pretendía volarme la cabeza».

Tras una primera parte del discurso en la cual culpó de haber recibido amenazas a empresarios vinculados al macrismo, la vicepresidenta hizo referencia a algunas características de 2015, el año en que asumió como presidente el empresario Mauricio Macri. «No eran indignados, sino gente pagada por empresarios ligados con el macrismo», disparó la actual vicepresidenta de Gobierno. Gran parte de su alocución estuvo dedicada a comparar las cifras de su gobierno con las de su opositor: los salarios, la productividad y diferentes indicadores económicos.

«Me quieren de acusada»

Una de las grandes ausencias en el acto –del que participaron, entre otros, Máximo Kirchner, hijo de la vicepresidenta y líder de la agrupación kirchnerista La Cámpora y el ex ministro de Economía y actual gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof- fue la del actual presidente Alberto Fernández, que no solo no asistió a la cita, sino que además estuvo en otro evento en el mismo horario.

Por otro lado, Fernández de Kirchner se refirió levemente a su situación judicial, con respecto a la cual aseguró: «Me quieren de acusada». Finalizado el discurso, a las 18.30 locales, la actual vicepresidenta no confirmó si será o no candidata a la presidencia en 2023. Sin embargo, dio una especie de pista al afirmar: «Voy a hacer lo que tenga que hacer para lograr que nuestro pueblo pueda organizarse en un proyecto de país que recupere la ilusión. Éramos un pueblo alegre en 2015. Volvamos a recuperar esa alegría que tuvimos alguna vez: la alegría de que el sueldo alcanzaba, que había trabajo y que había futuro. Esa alegría nos la merecemos todos los argentinos».

Novedad judicial

No todas han sido buenas noticias esta semana para la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Especialmente, dado que el pasado miércoles el procurador Eduardo Casal pidió que se revocara el sobreseimiento a la exmandataria en la causa conocida localmente como «dólar futuro».

En la causa se acusaba a la actual vicepresidenta –junto a otros funcionarios públicos- de colocar a la venta en el mercado de futuros el dólar a un valor ubicado por debajo de la cotización que, en ese momento, tenían esos mismos contratos en el Mercado de Nueva York, lo cual habría ocasionado un mal negocio para el Estado. Según argumentó el procurador esta semana, los jueces de Casación habrían cerrado el caso de manera «arbitraria» y, además, no habrían analizado en detalle el conjunto de pruebas presentadas en la causa.

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