Comienza en Praga el juicio a los líderes comunistas responsables de las muertes en el Muro

La solicitud no solamente no fue respondida, sino que sufrieron tantas presiones estatales que resolvieron retirarla y huir. Habían salido el 11 de mayo de casa en dirección a Checoslovaquia. Eligieron el paso fronterizo de Cinovec porque pensaron que estaba menos vigilado, pero la Patrulla Fronteriza checoslovaca estaba formada por policías que superaban una dura selección de pruebas físicas, «altamente enfocados, bien equipados y bien instruidos». Así fue como Kevin, en lugar de pasar a la historia por haber viajado al espacio, logró celebridad por convertirse en la última víctima mortal del Telón de Acero en Checoslovaquia.

La República Checa juzga ahora a los responsables políticos de su muerte y de todas las que se debieron al Muro y hoy ha comenzado en Praga el proceso contra Vratislav Vajnar, ministro del Interior comunista y responsable de esa frontera.

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Además del Muro de Berlín, el «muro de la muerte» se extendió durante 40 años también en las fronteras de la Checoslovaquia comunista con Alemania Occidental y Austria. Unas 390 personas murieron en la sección checoslovaca, de las cuales 204 fueron acribilladas a balazos por los guardias fronterizos, 90 perecieron en el alambre de púas electrificado y otras 90 perdieron la vida durante la persecución de los guardias fronterizos. Seis fueron víctimas de minas antipersona. La Checoslovaquia comunista comenzó a construir el telón de acero en las fronteras con Alemania y Austria después del golpe de Estado de 1948 que llevó al Partido Comunista al poder.

La prohibición de viajar a países occidentales fue una de las primeras medidas tomadas por el régimen totalitario. En 1951 se fundaron las unidades de guardia de fronteras. La frontera de Checoslovaquia con Alemania y Austria estaba custodiada por 16.000 hombres. El tramo de 365 kilómetros que bordea el estado federal alemán de Baviera fue el más vigilado, según la planificación ordenada por Vratislav Vajnar, que ahora tiene 92 años de edad y considerado uno de los principales responsables de la violación de los Derechos Humanos que supuso aquel cierre fronterizo. Es acusado del delito de «abuso de autoridad» y complicidad en los asesinatos.

La Oficina de Documentación e Investigación de los Crímenes del Comunismo ha puesto en marcha la maquinaria judicial contra tres altos funcionarios comunistas de la antigua Checoslovaquia que ordenaron o permitieron que civiles desarmados fueran fusilados en la línea divisoria con el mundo occidental. Se trata del exsecretario general del Partido Comunista Milous Jakes, del ex primer ministro Lubomír Strougal y del citado exministro del Interior Vratislav Vajnar. La denuncia en su contra fue presentada hace dos años por representantes de la Plataforma Europea de Memoria y Conciencia.

El fiscal, Tomas Jarolimek, informó de que el caso ha podido finalmente prosperar gracias a nuevas evidencias que atestiguan la participación de estos tres líderes comunistas. «La denuncia se presentó después de encontrar documentos clave en los expedientes que demostraban que los acusados estaban al tanto de los disparos contra civiles en la frontera y que instruyeron directamente a otros implicados sobre las medidas que debían tomarse». La documentación ha sido presentada esta mañana por Katarína Kandová, de la Oficina del Fiscal del Estado del distrito Praga 1.

Uno de los abogados de la acusación, Lubomír Müller, ha comentado a la puerta del tribunal que «Vajnar cometió un delito particularmente grave de abuso de poder por complicidad en la muerte de tres personas, lesiones a otras tres y la amenaza inminente a la vida de otra persona más, entre los años 1983 y 1988». Ha señalado en la apertura del juicio que los funcionarios comunistas establecieron el régimen en la frontera estatal en violación directa del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, según el cual cualquiera es libre de abandonar cualquier país, incluso el suyo.

«Es sólo un primer juicio, importante, pero insuficiente», dice Neela Winkemannova, una de las coautoras de la demanda, que cree que debería haber «muchos más acusados». «Originalmente teníamos cargos contra 67 hombres. Calculo que todavía viven unos cincuenta. El hecho de que solo haya tres procesos no es suficiente para mí», se queja.

Winkemannová reconoce la posibilidad de que los Tribunales no condenen a ninguno de los imputados, debido a la prescripción de los delitos. Y en caso de llegar a sentencia, difícilmente sería aplicable por la edad de los condenados. Vajnar, de hecho, ya alegó demencia en diciembre de 2021, tratando de evitar este juicio, pero una sentencia judicial estableció que era susceptible de ser juzgado. Los querellantes aseguran que es importante que el caso llegue a los Tribunales y que el juez declare que fue un delito, algo malo. A juicio del historiador Zdenek Navara, este tipo de procesos no se han iniciado porque la Justicia carece de interés y voluntad para enfrentar los crímenes ocurridos en la época del llamado Telón de Acero.