Búsqueda frenética de desaparecidos tras el accidente en Grecia: «Aún no perdemos la esperanza»
Las redes sociales se han llenado de decenas de fotografías con imágenes y teléfonos de contacto de los fallecidos en un intento desesperado de sus familiares por encontrarlos con vida

Más de 24 horas después de la colisión, prosiguen las labores de rescate en el lugar de la tragedia. Dos grandes grúas han conseguido retirar las grandes estructuras metálicas pertenecientes a las locomotoras y la zona está más despejada. Las labores de hoy se han ... centrado en encontrar víctimas en el segundo y tercer vagón del convoy de pasajeros. Hablamos con Sotiris Papamarkakis, responsable del Equipo Griego de Rescates de la ciudad de Larisa, está en el lugar del accidente. Mientras nos narra la situación de las labores de rescate, tiene que colgarnos porque un nuevo cadáver ha aparecido entre los restos calcinados de uno de los vagones. Cuando retomamos la conversación nos comenta que «desgraciadamente, desde esta mañana están apareciendo muchos cuerpos sin vida».
Papamarkakis fue durante años trabajador ferroviario y, entre el personal de la empresa ferroviaria, cuyos cuerpos no han sido hallados aún, se encuentra un antiguo compañero de su época en los trenes. En relación al accidente, Papamarkakis nos comenta que un accidente de estas características no se debe a un único error humano sino a una cadena de errores y a diferentes causas. «Tengo el corazón encogido y dolor en el estómago desde ayer, es duro ver a personas tan jóvenes entre las víctimas mortales».
Varias personas siguen desaparecidas
Los familiares de los desaparecidos llevan desde ayer buscando a sus seres queridos en los hospitales donde fueron llevados los heridos del tráfico accidente y publicando sus fotografías en las redes sociales. Estamos desesperados, comenta
Vaios Vlachos viajaba en el tren en compañía de su novia Dafni Prela y Tadi, la perrita de ambos pudieron salir del vagón. Dafni permanece ingresada en la UCI del hospital de Larisa recuperándose favorablemente de graves lesiones y de fracturas en varios huesos. De Vaios no se sabe nada desde ayer. Su hermano Vangelis, residente en Argentina, está moviendo todos los hilos que puede desde el otro lado del océano para conseguir información del paradero de su hermano mientras intenta buscar la forma de viajar a Grecia.

«Lo mas duro es estar viviendo esto con la familia cada una en un punto del planeta»
Vaios Vlachos
«Lo mas duro es estar viviendo esto con la familia cada una en un punto del planeta», comenta el joven que vive desde hace años en la Patagonia, sus padres en la ciudad griega de Karditsa, su hermana en Reino Unido y Vaios en la ciudad griega de Salónica, a donde se dirigía tras haber pasado el puente de carnaval con sus amigos. Tanto Vaios de 34 años y Dafne de 35, residen y trabajan en la ciudad de Salónica. Los padres de Vaios llevan desde ayer en Larisa donde están esperando los resultados de las pruebas de ADN, mientras tanto, no pierden la esperanza y piensan que Vaios pueda estar desorientado tras el accidente y se encuentre en algún lugar. Son optimistas y por eso están difundiendo las imágenes del joven por las redes sociales por si alguien lo ha visto.
Yannis Voutsinás está en la lista de los desaparecidos y su nombre no está en el elenco de los heridos hospitalizados. Su hijo, Petros, lleva desde ayer buscando a su padre desesperadamente. Ha contado a ABC que no se siente con fuerzas para hablar y que su padre había subido al tren en Atenas, donde había pasado unos días visitando a la familia antes de regresar a Salónica, cuidad donde reside de forma permanente.
La última cifra oficial de fallecidos ascendía a 57 y las labores de búsqueda de los desaparecidos siguen en marcha en este momento.
Pelo ardiendo
Eudokía Tsagklí, es una de las supervivientes. Viajaba en el tercer vagón del convoy de pasajeros. El fuerte impacto la hizo que se golpease en la cara y tienen rota la nariz. Tsangklí ha narrado a la televisión griega que su pelo empezó a arder y que vio que solo tenía dos opciones, tirarse por la ventana del tren, a una altura de unos tres metros o quemarse viva. Se arrojó por la ventana y en este momento se recupera de una rotura de nariz y de cadera. Cuenta que durante el trayecto había conocido a una chica que viajaba con su gata y que habían estado hablando y riéndose. Posiblemente la joven que viajaba con su gata a la que se refiere Tsaglí sea Elisavet Chatzivasiliou, desaparecida de 26 años que viajaba con su gata en el tren accidentado.
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