África

Zimbabue, el lugar más caro del mundo para repostar

El país del sur de África pasa a liderar el ranking mundial con la gasolina más cara, 3,31 dólares americanos el litro de gasolina

Un ciclista pasa delante de una gasolinera desierta en Harare, Zimbabue EFE

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El Gobierno de Emmerson Mnangagwa ordenó hace una semana encarecer el precio del litro de gasolina un 150% , lo que ha provocado violentas manifestaciones y una huelga general que duró tres días. Según grupos de derechos humanos, al menos 12 personas han muerto por los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y más de 200 zimbabuenses han resultados heridos en una semana.

El litro de gasolina subió la semana pasada de 1,24 dólares americanos (1,09 euros) a 3,31 dólares (2,92 euros) y el diesel, de 1,36 dólares (1,20 euros) a 3,11 dólares (2,74 euros).

Esta drástica subida convierte a Zimbabue en el país del mundo donde más dinero cuesta llenar el depósito de gasolina, por delante de Hong Kong cuyo precio ronda los 2,06 dólares americanos y Mónaco (1,98). En España, se paga 1,37 dólares americanos por cada litro de combustible. El precio de la gasolina ha sido, históricamente, más barato en Zimbabue que en la mayoría de sus países vecinos (en Sudáfrica hoy se paga 0,98 dólares por litro).

Zimbabue tiene que importar todo su combustible y, para esto, necesita una divisa fuerte. Sin embargo, la profunda crisis económica que azota el país y la escasez de monedas han empeorado notablemente la situación. La última subida del precio del carburante fue tomada, supuestamente, para acabar con las colas en las gasolineras y luchar contra la escasez de fuel. El gobierno no duda en señalar a sus compatriotas como parte del problema. Les acusa de acumular combustible y venderlo mucho más caro en el mercado negro. En noviembre, el ministro de Economía de Zimbabue, Mthuli Ncube, prometió encontrar medidas para financiar la importación de combustible.

La respuesta del Gobierno

La administración de Mnangagwa ha respondido con extrema dureza a las protestas, desplegando a los militares en las principales ciudades del país como la capital Harare y Bulawayo. Los grupos de derechos humanos denuncian que los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad han dejado al menos 12 muertos y más de 200 heridos (68 de ellos con heridas de bala) en una semana. Además, ha habido más de 600 detenidos (algunos de ellos niños), incluidos activistas, líderes sindicalistas, opositores y han expulsado a periodistas extranjeros. Una de las medidas más controvertidas ha sido cortar el acceso a Internet durante varias jornadas. Según los críticos, el objetivo de este «apagón» era intentar ocultar información sobre represión de las fuerzas del orden y frenar las convocatorias de manifestaciones a través de las redes sociales.

Los funcionarios de las Naciones Unidas denunciaron las medidas impuestas por el Gobierno y acusaron al ejército de hacer un uso excesivo de la fuerza. El Foro de ONG de Derechos Humanos ha registrado 844 violaciones de derechos humanos durante las 72 horas que duró la huelga general.

Por su parte, la oposición sudafricana, liderada por la Alianza Democrática (AD), exigió al gobierno del presidente Cyril Ramaphosa a actuar ante la crisis de Zimbabue, de lo contrario acudirá a la Corte Penal Internacional (CPI) por las violaciones de derechos humanos.

Tras las numerosas críticas suscitadas por la represión, Mnangagwa anunció el martes que investigarán si hubo conducta indebida de la policía durante las protestas. «La violencia o la mala conducta por nuestras fuerzas de seguridad son inaceptables y una traición de nuevo Zimbabue. La mala conducta será investigada. De ser requerido, rodarán cabeza s» declaró Mnangagwa al llegar a Zimbabue después de una gira internacional que le llevó a Rusia y otros antiguos países soviéticos. El presidente, que canceló su visita al Foro Mundial Económico en Davos por la grave situación de su país, defendió la controvertida subida del precio del fuel y pidió un « diálogo nacional » para solventar la crisis.

Descontento social

La crisis de combustible es solamente un síntoma de un malestar más profundo que afecta a todo el país. En las últimas semanas médicos y profesores del sector público han protestado para pedir al Gobierno que les pagase en dólares estadounidenses en lugar de hacerlo en pagarés. La administración de Mnangagwa insiste en que el país no genera suficientes dólares - divisa adoptada como moneda oficial desde 2009 - para pagar a todos los funcionarios y que los pagarés –emitidos por el gobierno- tienen el mismo valor.

Sin embargo, la realidad es que dichos pagarés se cambiana un tercio del valor de un dólar en el mercado negro, una devaluación no oficial que ha provocado una subida de precios en las tiendas. Según publica El Economista, el paquete de pañales ronda los 49 dólares en Zimbabue.

El acopio de productos básicos provocó grandes colas en supermercados, donde se volvió casi imposible encontrar pan, y el precio de los medicamentos se disparó; mientras la deuda interna del país supera ya los 9.000 millones de dólares . En noviembre de 2018, la tasa de inflación alcanzó su nivel más alto desde 2009, cuando Zimbabue abandonó su propia moneda, el dólar zimbabuense, después de un período de superinflación que creó una población de millonarios empobrecidos.

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